Asegura que Galicia —en concreto, Viveiro (Lugo)— es su sitio y que de allí no quiere salir. Es modesto, alegre y desborda energía y ganas por los cuatro costados. Oficial del Ejército, deportista —aunque reconoce que salir a correr por Lugo en invierno es solo para profesionales—, disfruta y se relaja haciendo puzles “de unas 3.000 piezas” y tiene una afición muy particular: colecciona básculas. Se llama Emilio igual que su padre, abuelo y bisabuelo. En Lugo son ‘los Miluchos’ y él, Miluchiño. Esta es una breve radiografía de Emilio Casariego, presidente de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) desde hace cinco meses.
Pregunta. La palabra que no falta cuando estoy delante de un gallego es morriña, pero en tu caso, nada de nada, ¿no?
Respuesta. Quiero vivir allí y no quiero moverme de Viveiro, así que morriña ninguna.
P. Tenemos tiempo de hablar del pasado, del presente y también del futuro. ¿Por qué te decantaste por medicina?
R. Soy de familia de boticarios (padre, abuelo, bisabuelo, mi hermana, primos, etc.) y yo soy el bicho raro. Las razones, no las sé muy bien, aunque supongo que fue por la cercanía, el hecho de tratar a las personas y no problemas concretos, por lo que supone la dificultad de hacer un diagnóstico y lo bonito de llegar a él y poder ayudar.
P. ¿Y la especialidad?
R. (Sonríe)… Al fin y al cabo, el internista es el médico.
P. Desde hace cinco meses, presidente de la SEMI, ¿qué aportas a la sociedad?
R. ¡No tengo ni idea! —y vuelve a sonreír—. Creo que soy más desenfadado de lo habitual. Cuando me eligieron no era ni catedrático, ni jefe de servicio, venía de una ciudad distinta… Tengo mucho entusiasmo y mucha vitalidad y, además, puedo aportar ilusión, empeño, trabajo y formas distintas de ver las cosas.
P. Me han chivado que eres deportista y aficionado a los puzles…
R. A ver… hago deporte a un nivel bajito, pero intento hacerlo cinco días por semana —¿nivel bajito?—, pero desde que soy presidente de la SEMI no hay manera. ¡He engordado últimamente! Lugo es un sitio frío y ya no estoy en edad de ir corriendo por ahí. Gimnasio y salgo a correr en verano. He hecho varias veces el camino de Santiago y también juego con los amigos pachangas a balonmano.
P. Y lo de los puzles…
R. Bah, es una chorrada. —Casariego es muy modesto—. Me aficioné con un compañero que hacía puzles grandes y durante los veranos suelo hacerlos de unas 3.000 piezas. Es algo que me relaja. Eso sí, nunca los conservo. Cuando los termino, los deshago.
P. Además, eres coleccionista…
R. …de básculas. Sí, bueno, cuando cumplí 16 años un supermercado de mi pueblo vendía casi todo lo que tenía y a mí me gustaba la báscula. En ella, gasté mis ahorros. Es una báscula con unos leones preciosos pintados con purpurina. Tengo 19 en total. Tengo una de cartas, una romana, una de laboratorio, una de pesar personas y todas son más o menos antiguas.
P. Pero…¿por qué te dio por las básculas en vez de por sellos o por monedas?
R. En mi casa había muchas y, aparte, soy libra. ¡Algo tendrá que ver!
P. Volviendo a los puzles…¿está completo el rompecabezas de la sanidad española?
R. Las piezas, no solo no están bien ensambladas, sino que hay desorden. Habría que recolocar muchas piezas.
P. Hablemos de esas piezas…
R. (Nuevamente risas)… Hay que reorganizar el trabajo para adaptarlo a las nuevas necesidades. Los pacientes han cambiado y tienen necesidades distintas, eso significa que nuestra forma de trabajar también ha de ser distinta.
P. ¿Que piezas faltan para completar el puzle sanitario?
R. ¡No soy Houdini!
P. ¿Qué pieza te está resultando más difícil de encajar en el juego de la troncalidad?
R. (Silencio…suspiro…risas). Cada uno entiende una cosa distinta, pero todos opinan. Lo primero, ponerse de acuerdo.
P. Una competición contra el ministro. Quien gane mueve la pieza que desee…
R. Entonces que gane él y que mueva ficha en el tema de la troncalidad.
P. En sanidad, como en Galicia, nunca se saben ‘si van o vienen’, ‘si entran o si salen’… ¿se sabe por dónde ‘van a salir’ los políticos o la administración?
R. ¡Cómo!, pero si los gallegos somos clarísimos. (Risas). No, realmente no se sabe por dónde ‘van a salir’. No se mojan mucho y los tiempos políticos tienen poco que ver con los tiempos reales de las necesidades actuales de la sanidad.
P. La medicina ha prolongado nuestra vida, pero no nos ha facilitado una buena razón para seguir viviendo, (Miguel Delibes). ¿Cuáles son tus pilares fundamentales para una vida plena?
R. Quiero sentirme feliz con lo que hago y con lo que tengo. Lo que tiene la vida común es que es preciosa de por sí.
¿Cuántas horas entrenas por semana? Entre hora y media y dos horas cada día; cinco días por semana.
Si no fueses médico serías… Arqueólogo.
Un deseo: Amor.
Una ilusión: Que a mis hijas les vaya muy bien en la vida.
Un reto: que la SEMI no se hunda mientras yo sea el presidente.