El grupo de investigación traslacional de Genética, Vacunas, Infecciones y Pediatría (Genvip) del Servicio de Pediatría del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela acaba de publicar en la revista Clinical Infectious Disease el primer trabajo que valora los efectos heterólogos de la vacuna de la tuberculosis (BCG) en un país desarrollado. En el estudio, se comparan las tasas de hospitalización por enfermedades que no son tuberculosis en País Vasco —comunidad que administra esta vacuna de forma rutinaria— frente al resto del país —que no incluye BCG en el calendario vacunal—.
Del análisis de estas dos poblaciones, los investigadores han encontrado una reducción en País Vasco del riesgo de ingreso en un hospital por una infección sistémica grave (enfermedades respiratorias agudas y sepsis) de entre el 35 y el 40 por ciento, comparado con el resto del país. Unos resultados que ponen de manifiesto la capacidad de protección heteróloga o indirecta de esta vacuna a través del entrenamiento del sistema inmune, como ya se ha demostrado con otras vacunas anteriormente.
Además de este estudio, existen investigaciones publicadas en África, donde la Organización Mundial de la Salud recomienda la administración rutinaria de BCG, con idénticos resultados a los de este estudio español. Además, la comunidad científica ya observó hace años, con la introducción de la vacuna, una reducción de la mortalidad en niños, sobre todo en los menores de un año, cuando en realidad la tuberculosis afecta más a los adolescentes.
Unos datos que se vieron confirmados en 2012, cuando se publicó el primer artículo que demostraba que, en el laboratorio, BCG aumentaba la producción de sustancias inflamatorias, entrenando a nuestro sistema inmune frente a otras infecciones causadas por virus y hongos. Ahora, estos nuevos resultados, apunta María José de Castro-López, una de las firmantes del artículo, “avivan el debate sobre si los sistemas de salud que han dejado de administrar esta vacuna por baja incidencia deberían reconsiderar su empleo rutinario”. También la Universidad de Harvard se encuentra investigando en este campo actualmente.