REESTRUCTURACIÓN

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| viernes, 10 de septiembre de 2010 h |

REDACCIÓN

Madrid

Tras el anuncio del ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, de dejar su puesto en el Ejecutivo para pelear por las elecciones catalanas, y el interrogante que pende sobre la ministra de Sanidad y Política Social, Trinidad Jiménez, en su carrera en las primarias de Madrid, el rumor de una crisis de gobierno se acrecentó la semana pasada con un nuevo nombre que engrosaría la posible lista de bajas en el gabinete de José Luis Rodríguez Zapatero: el de Cristina Garmendia, la ministra de Ciencia e Innovación.

Rumores insistentes

Lo que la Moncloa desmintió como “especulaciones al margen de Cristina Garmendia” corrió como la pólvora por los confidenciales de Internet y situó la decisión de Garmendia en una conversación que mantuvo con el presidente del Gobierno antes del verano. En ella, la ministra le habría trasladado su decisión de volver a la actividad privada, por el malestar debido a los continuos recortes presupuestarios y competenciales sufridos por un ministerio que nació como la gran promesa del segundo mandato socialista.

Lo cierto es que la imagen de Garmendia ha caído a nivel internacional, al ritmo que lo hacía su capacidad de actuación en un ministerio cercenado y falto de presupuesto.