| viernes, 27 de mayo de 2016 h |

No es posible hablar de nuevos tiempos, porque éstos han cambiado ya. La forma de hacer política en España no puede ni debe anclarse en el pasado, y en el caso de la Sanidad eso requiere lo mejor que puede ofrecer la sociedad en su conjunto. Ése es el gran mensaje que ha dejado a su paso la 15ª edición de los Premios Fundamed & Wecare-u: los partidos deben trabajar codo con codo, ya que los problemas sólo se resolverán entre todos, entre los que llevan años en el cargo y entre los recién llegados, alcanzando un punto de equilibrio entre experiencia y creatividad.

El discurso inaugural, a cargo de Enrique Sánchez de León, presidente de Fundamed, y Santiago de Quiroga, presidente editor de Wecare-u, fue un llamamiento a la colaboración en el sistema sanitario, no sólo entre los partidos, sino también con y entre las administraciones sanitarias, los profesionales, las compañías y los pacientes.

Sánchez de León destacó la peculiaridad de un año como el 2015, en el que solo solo una ley revestida de decreto legislativo (el texto refundido de la Ley de Garantías) fue la sucesora de un ejercicio (el de 2014) “prolífico en leyes” que ahora está paralizado por las circunstancias políticas. “En algo nuevo estamos y hay que avisar de ello”, dijo.

De Quiroga, por su parte, resaltó la necesidad de centrar el debate y alejarlo de discusiones “que no traen soluciones” como paso para poder resolver una ecuación hoy no resuelta: garantizar la suficiencia financiera del sistema en un contexto de necesidades crecientes y de disminución del déficit.

No es la primera vez que el sistema se enfrenta a retos. En ocasiones conviene echar la vista atrás para reconocer sus fortalezas y debilidades. El 15º aniversario de los Premios Fundamed coincidió con otras efemérides relevantes dentro del sector, como el centenario del CGCOF o los 575 años del COF de Valencia. Pero de entre todos ellos quizá el más reseñable sea el 35º aniversario de la Ley General de Sanidad de Ernest Lluch, una normativa a través de la cual, recordó el presidente editor de Wecare-u, “se decidió cambiar el modelo”; que además trajo consigo un aumento de la inversión sanitaria (se pasó del 4,4 por ciento del PIB a un 5,2) y que, pese a haber sufrido modificaciones, no ha sido derogada.

Este ejercicio de retrospectiva se antoja necesario para que la “nueva política” a la que apelan Fundamed y Wecare-u instaure una nueva manera de gestionar la sanidad, basada en el ánimo constructivo, reconociendo aquello que está bien (aunque lo hayan hecho otros) y sin necesidad de tener que empezar de cero con cada nuevo gobierno.