Informe/ En 2010, el SNS también arrastrará un déficit de 50.000 millones de euros

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Los economistas proponen dar más responsabilidad al facultativo en la gestión

Plantean establecer un sistema de incentivos y penalizaciones a centros sanitarios

| 2009-11-20T16:33:00+01:00 h |

Esther martín del Campo

Madrid

Si se mantienen los niveles de productividad actuales en el sistema sanitario, en 10 años podrían faltar entre 15.000 y 20.000 médicos. Se trata de una estimación realizada por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada y la consultora McKinsey&Company en un informe presentado la semana pasada que plantea el camino para impulsar un cambio posible en el sistema sanitario. Una cifra que corrobora los cálculos anteriores de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos.

La transformación es necesaria y urgente, en opinión de los autores de este estudio, que inciden, una vez más, en la insostenibilidad del sistema actual. Y es que, junto a las dificultades en materia de recursos humanos, el horizonte en términos económicos es aún peor. De hecho, el informe constata que a corto plazo la situación financiera del sistema es muy preocupante: Acumula un déficit de 11.000 millones de euros, un 20 por ciento del presupuesto total de Sanidad en 2007, y se calcula que en diez años podría superar los 50.000 millones de euros.

María del Mar Martínez, socia de la consultora y una de las autoras del documento, subraya la necesidad de impulsar cuatro medidas con carácter urgente que mejoren las perspectivas.

Entre ellas, aboga por fomentar la autonomía de gestión para centros y profesionales, con un sistema de incentivos y una asunción de los riesgos asociados. Una vía, apunta, es dotar a los centros de contratos de gestión y definir los objetivos, de manera que si un centro genera superávit pueda revertir sobre éste y sus trabajadores, y al revés: los déficits se traducirían en penalizaciones. Además, puntualiza, no se trata exclusivamente de objetivos económicos, sino también de calidad asistencial.

Otra medida propuesta es elaborar una comparativa de desempeño clínico, calidad de servicio y eficiencia de centros sanitarios a nivel nacional, que suponga la comunicación de resultados a gestores y, en un futuro, a los pacientes, en aras de la transparencia. De este modo, aconsejan realizar un ranking de centros a nivel nacional que podría servir de estímulo y motivación a los profesionales.

Asimismo, plantean frenar el sobreuso del sistema introduciendo un tique moderador en atención primaria y urgencias, y proponen reformar el copago farmacéutico, distinguiendo porcentajes en función de la renta, pero no por tramos de edad.

Una cuarta medida pasa por asegurar que las dificultades económicas no retrasarán la introducción de nuevas prestaciones e innovación que realmente suponga una mejora en la calidad de vida de los pacientes.

Entre las barreras para impulsar el cambio, los autores admiten que lograr la implicación de los profesionales constituye un reto, cuando deberían ser el eje central de la transformación del sistema.