l La acción colaborativa permitiría mantener la sostenibilidad, eficiencia y eficacia
l Las condiciones del contrato deben ser claras y contemplar todas las variables
Toni Martínez
Valencia
El sistema tradicional de financiación de medicamentos en base a un precio fijo y en el que el riesgo recae en el financiador parece estar cercano a su fin. Así se desprende de las sesiones científicas que se desarrollaron en las 30as Jornadas de Economía de la Salud que se celebraron en Valencia. En opinión de los expertos allí reunidos la industria farmacéutica debe corresponsabilizarse con los objetivos de sostenibilidad sanitaria y de salud y para ello es necesario propuestas como los contratos de riesgo compartido (CRC).
Para Jaume Puig, del Centre de Recerca en Economia i Salut de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona, el modelo de este tipo de contratos que mejor funcionaría sería el que relaciona la financiación con resultados en términos de salud. “Por ejemplo se podría dar un acuerdo sobre los agentes reductores del colesterol, donde la población se puede definir como los pacientes con un colesterol superior a determinado valor. Si estos valores se reducen en los pacientes en un 20 por ciento durante un periodo definido el pago va a ser X y si es menor oscilará entre 0 y X en función de las condiciones que establezca el contrato”, asegura el experto.
Este sería un ejemplo a seguir para Puig, quien asegura que “se debe tratar de pagar por resultados, no financiar lo infinanciable, por lo que se debe aplicar en casos puntuales, y no generalizarlo a todo lo que tiene amenaza de una autorización previa o de un retraso en la entrada del mercado”.
Para Xavier Badia, de Health Economics & Outcomes Research, IMS Health de Barcelona, “la situación está cambiando por el momento actual de crisis económica que ha hecho que el pagador se vuelva activo y quiere un mayor conocimiento de la efectividad de los tratamientos”. En este sentido, explicó que este interés por los resultados hace necesaria la apuesta por los CRC, aunque señaló que “habrá que vehicular a todos los componentes del sistema sanitario y para eso hay que empezar a abrir el debate en todos los ámbitos”.
La experiencia catalana
Una de las comunidades autónomas donde más se está trabajando para la incorporación del CRC es Cataluña. Antoni Gilabert, de la Gerencia del Servicio Catalán de Salud, explicó que su departamento ha establecido un total de 12 condiciones para llegar a un contrato de este tipo. Entre ellas, destaca la delimitación de cuál es el coste y la efectividad, si están bien identificados los pacientes, si se podrán aprobar en el futuro nuevos indicadores, si hay sensibilidad social, si hay alternativas terapéuticas, cuál es el impacto de la no financiación o cuál es la viabilidad de aplicar otras estrategia. Gilabert aconsejó anotar todas las condiciones y variables posibles en las cláusulas del contrato.