La nueva secretaria general de Sanidad, Pilar Farjas, aprovechó su primera intervención pública como número dos del ministerio para destacar el papel que juega el farmacéutico en el ámbito de la salud pública, un protagonismo que, según indicó, se amplía en la Ley General de Salud Pública. Farjas hizo estas declaraciones durante la jornada celebrada la pasada semana por el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, “Compromiso asistencial de la Farmacia”, donde incidió que esta ley da cabida al farmacéutico, “de forma expresa”, en los procedimientos para una coordinación efectiva de las actividades de salud pública, además de “asignarles un papel activo en los programas y estrategias de salud pública”.
Asimismo, Farjas, que resaltó que estos profesionales “están seriamente comprometidos con la salud de los ciudadanos”, incidió en que el compromiso asistencial de la farmacia “es una iniciativa especialmente valiosa para el Sistema Nacional de Salud”. Eso sí, recalcó que esta atención “no se presta con independencia de otros servicios asistenciales, sino en colaboración con los pacientes, los médicos, el personal de enfermería y otros dispensadores de atención sanitaria”, por lo que consideró que, para conseguir una idónea asistencia farmacéutica, “deben existir unos criterios claros y armonizados a nivel nacional que regulen las actividades del farmacéutico”.
Sobre este particular, la secretaria general de Sanidad precisó que este enfoque multidisciplinar de la asistencia sanitaria implica también “la necesidad de una formación adecuada y continuada de los diferentes agentes”, por lo que insistió en que los farmacéuticos deben “adecuar sus conocimientos y capacidades a este compromiso”. Así, consideró que los mismos deben enfocarse a actividades asociadas a la promoción de la buena salud; con el suministro y uso de los medicamentos; con el autocuidado; y con la influencia de las prescripciones y el uso de medicamentos.
Por otro lado, Farjas defendió el actual modelo de farmacia que, según indicó, “garantiza la accesibilidad de la prestación farmacéutica y la equidad en todo el territorio”. En este sentido, consideró que “hoy más que nunca es necesario un compromiso por la sostenibilidad de la sanidad pública, por la equidad de la prestación y por la profesionalidad en la atención farmacéutica”. Un compromiso que pidió a los farmacéuticos “porque España y la Sanidad Pública, el servicio público mejor valorado, nos necesita”.
Compromiso farmacéutico
De otro modo, la presidenta del Consejo General, Carmen Peña, volvió a marcar el camino a seguir por los farmacéuticos para avanzar: “Nuestro compromiso por una farmacia profesional y sostenible”. Por ello, resaltó que, a pesar de los problemas y los efectos de los RDL aprobados en la anterior legislatura, este colectivo “está realizando un importante esfuerzo para evitar cualquier deterioro asistencial”.
De este modo, Peña consideró que “la crisis está poniendo en valor el compromiso asistencial de la Farmacia y los farmacéuticos”, algo que se traduce en un modelo asistencia centrado en el paciente que se hace realidad con iniciativas como los programas conSIGUE, D-Valor, Azuaga, Adcom, el Plan Estratégico de Atención Farmacéutica o la potenciación de la investigación desde la botica a través de la Red de Investigación de Farmacia Comunitaria (Rifac).
El CGCOF presentó un documento con doce objetivos de cara a 2012 en el marco del compromiso asistencial de la farmacia con el paciente y el SNS. Así, entre los objetivos está el asegurar una dispensación con información personalizada; avanzar en el seguimiento y adherencia de la medicación, especialmente en mayores, crónicos y polimedicados; incorporar nuevos servicios asistenciales para mejorar el cumplimiento de los tratamientos; incrementar la participación de las boticas en iniciativas de Salud Pública; potenciar la formación continuada de los farmacéuticos; o contribuir a generar información rigurosa, independiente y objetiva sobre el medicamento y los productos sanitarios.
Del mismo modo, plantea universalizar el uso de las nuevas tecnologías; dar mayores garantías de calidad y seguridad al paciente en Internet; evaluar la aportación que cada nuevo servicio ofrece a la salud del paciente y a la eficiencia del sistema; colaborar con las administraciones para mejorar la prestación farmacéutica; establecer un diálogo constante con pacientes y usuarios; e impulsar iniciativas que favorezcan la colaboración con el resto de profesionales sanitarios.