madrid/ Rechazan el adelanto electoral al 26 de enero pretendido por la correduría

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josé garcía Madrid | viernes, 18 de noviembre de 2011 h |

Tras doce años en el cargo bajo el yugo de la correduría Uniteco Profesional, la presidenta del Colegio de Médicos de Madrid, Juliana Fariña, presentó el viernes pasado su carta de dimisión, después de que un día antes los compromisarios reprobaran su actuación en asamblea extraordinaria. Las sorprendentes decisiones que había adoptado —entre ellas, nombrar a Jesús Lago director de la Presidencia con poderes absolutos— presagiaban que la asamblea iba a ser tensa y polémica, y así fue.

En un clima de crispación y decepción generalizada por la penosa situación que atraviesa el colegio más numeroso de España con 37.000 colegiados, los compromisarios decidieron esta vez no plegarse a las pretensiones de Fariña y Uniteco y rechazaron con una amplía mayoría —145 votos en contra, 9 a favor y 3 abstenciones— el adelanto de las elecciones al 26 de enero y la rebaja de la cuota colegial un 15 por ciento —111 votos en contra, 49 a favor y 22 abstenciones—. Uniteco “pretendía adelantar los comicios para evitar la auditoría y porque es posible que tenga ya toda la logística preparada y querían pillar con el pie cambiado a otras candidaturas”, aseguró tras la asamblea el vicepresidente, Miguel García Alarilla, que encabezará una de esas candidaturas con otros miembros de la actual junta como el tesorero, Carlos González Galán, o el vocal Alberto López Rocha.

García Alarilla explicó tras la asamblea que la junta no se opone a un adelanto electoral “siempre y cuando podamos realizar la auditoría a Uniteco”, pero no han fijado una fecha concreta. “Lo veremos en el próximo pleno”, matizó González Galán, que recordó que hay que presentar una auditoría anual de cuentas y al finalizar el mandato de cuatro años otra de gestión. Aclaró que todavía no han elegido la empresa que realizará la auditoría a Uniteco. “Podría ser la Dirección General de Seguros”, dijo García Alarilla.

Sobre el lugar en el que quedaba la presidenta en una junta directiva dividida sin saber que un día después dimitiría, García Alarilla señaló que seguía siendo la presidenta. Ha manifestado su intención de marcharse. Le daremos un breve tiempo para que decida”.

Por su parte, el vicesecretario, José María Díez Cordero, anunció que la junta directiva había decidido dejar sin asignación presupuestaria la fundación del colegio para el próximo ejercicio por pérdida de confianza en su director Jesús Lago, nombrado por Fariña director de la Presidencia, nombramiento que, según los abogados del colegio, queda “sin efecto” por contravenir los estatutos.

Entre lamentos y mucha crítica, los compromisarios se dividían entre quienes pedían la dimisión en bloque de la junta directiva actual y aquellos que le daban su respaldo para que pudieran realizar la auditoría a Uniteco. Carlos Amaya y Guillermo Sierra, compromisarios y candidatos a la presidencia del colegio en 2008, lamentaron el “espectáculo”. Ambos aseguraron que por el momento no entra en sus planes volver a optar a la presidencia. Amaya pidió la dimisión en bloque de la junta directiva “por el bien del colegio”, ya que, en su opinión, ahora se ha confirmado lo que GM ha denunciado durante años. “Todo lo que sea prolongar en el tiempo actuaciones de una junta sin credibilidad es enturbiar la situación del colegio”, sentenció. Por su parte, Sierra, muy aplaudido, consideró un “logro enorme” que los compromisarios se den cuenta de que “nuestras denuncias sobre el control de Uniteco no eran elucubraciones mentales sino la realidad”. Además, denunció la forma en que se llevó la asamblea, que ha demostrado “que no se conocen los estatutos”. Para Sierra, la junta actual es “cómplice” de todo, ahora bien consideró que no es el mejor momento para marcharse. “Hay unas elecciones y una auditoría que tienen que hacer ellos”, dijo. Aseguró que la OMC no puede intervenir por el principio de territorialidad y que el próximo presidente del colegio debe ser alguien independiente, sin lastres empresariales y políticos. Tanto Amaya como Sierra dudaron de la transparencia de las auditorías que pueda encargar ahora la actual junta directiva.