Almudena Fernández
Madrid
| viernes, 24 de enero de 2014 h |

Heredar una alteración en un gen de susceptibilidad al cáncer supone vivir con una probabilidad alta de desarrollar la enfermedad, con frecuencia más de una vez, y por lo general, a una edad temprana. La formación del médico de AP sobre este tema está empezando, al ser una parcela relativamente novedosa que tendrá que ir ampliándose a medida que este tipo de informaciones salgan a la luz. Así se lo explicó a GM Miguel García Ribes, coordinador del Grupo de Trabajo de Genética Clínica y Enfermedades Raras de Semfyc.

“Los pacientes empiezan a preguntar y la formación del médico de familia, como en otras tantas cosas, va muy a remolque de lo que el enfermo requiere, pero irá mejorando”, subrayó.

Añadió que el tema de cáncer hereditario es “sumamente complejo y un asunto delicado”, sin embargo, hay ciertas cosas muy sencillas que deben enseñarse al MFyC, ya que puede hacerlas con todos sus pacientes para filtrar y localizar a personas y familias de riesgo que puedan tener más posibilidades de padecerlo. El profesional de Primaria, al ser la puerta de entrada al sistema, lo que tiene que saber es cuáles son los criterios que hacen que una persona que tenga casos de cáncer familiar deba ir a la consulta de genética si hay un riesgo de padecerlo, o bien que no sea necesario porque esta acumulación de cánceres no parece seguir un patrón hereditario y tiene las mismas posibilidades que todos los demás de desarrollarlo. García Ribes apuntó a que normalmente la consulta que hace el paciente es si el hecho de que una serie de personas en su familia hayan sufrido la enfermedad o hayan fallecido a causa de ella, provocará que él pueda tenerla también, por lo que eso es lo único que tendrá que aprender a responder el profesional del primer nivel asistencial, algo “relativamente fácil”.

A la hora de detectar precozmente a estas personas, el MFyC juega un papel fundamental, ya que suele ser el profesional al que el paciente le hace este tipo de preguntas y “haciendo un árbol genealógico y teniendo muy claros los criterios que hay, fundamentalmente en el cáncer de colon, de mama y de ovario”, puede realizar un cribado “bastante exhaustivo de una manera relativamente rápida” de situaciones de riesgo, y esto es perfectamente factible que se haga desde una consulta de Primaria. Para ello, el paciente tiene que aportarle datos de los casos de cáncer que hay en su familia, las edades a las que han aparecido y el tipo de tumor que es y, a partir de ahí, siguiendo una serie de criterios que hay para cada tipo de síndrome neoplásico de tipo hereditario, determinar si existe un riesgo real o no, es decir, manifestaciones de cáncer en un línea transmisible y a unas edades muy tempranas, que son los aspectos que deberán llamar la atención.

Para que comiencen a formarse sobre este tema, iniciativas como las de este grupo de trabajo a través de cursos formativos ‘online’ —uno para Semfyc, otro en el Colegio de Médicos de Cantabria y tienen pendiente uno más para la Sociedad Valenciana de Medicina Familiar y Comunitaria— y un protocolo de atención al paciente con cáncer hereditario en AP serán muy útiles.