El descubrimiento de un mecanismo molecular que explica cómo el VIH destruye los linfocitos CD4 ha sido saludado como uno de los grandes avances en el campo del VIH en el último año por los científicos reunidos en la jornada HIBIC, celebrada en Madrid. Esta reunión ha permitido que algunos de los principales expertos mundiales de esta especialidad comentaran los hallazgos más relevantes que se han producido recientemente en relación al VIH.
Como explica José Alcamí, jefe de la Unidad de Inmunopatología del Sida en el Instituto de Salud Carlos III, un trabajo dirigido por Warner Greene, de los Institutos Gladstone, en San Francisco, permitió descubrir una forma de destrucción de los citados linfocitos por parte del virus. “Se trata de un mecanismo conocido como ‘piroptosis’”. Cuando las células mueren por culpa del virus, “liberan mediadores al exterior que actúan como una señal de alerta y atraen a los linfocitos, que se acaban infectando y muriendo”. Según este experto, este mecanismo también podría explicar en parte por qué el proceso inflamatorio que se desencadena tiene efectos nocivos en la salud cardiovascular de las personas infectadas.
Otro de los grandes temas que se debatió durante la reunión fue la posibilidad de detener los contagios logrando que la carga viral sea indetectable en todos los pacientes. Un objetivo que se antoja, como mínimo, muy complicado teniendo en cuenta que, según la OMS y ONUSIDA, a finales de 2013 había en el mundo unos 35 millones de personas infectadas. Josep Maria Gatell, jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Clínic de Barcelona, recordó que “hay estudios que muestran que el virus no se transmite cuando la carga viral es indetectable”. La clave, indica Gatell, es si los resultados de los “ensayos clínicos, en entornos muy bien controlados”, son extrapolables a la vida real.
En este sentido, se comentaron los resultados del estudio Partners, realizado con más de mil parejas serodiscordantes. “Las personas infectadas recibían un tratamiento antirretroviral y mantenían relaciones sexuales sin protección con su pareja, y ninguna de éstas se infectó”, añade Gatell. Aunque, como bien señala este experto, el riesgo cero nunca existe. De todos modos, parece poco viable la opción de controlar la expansión del virus manteniendo la carga viral indetectable en las personas afectadas, ya que, en países desarrollados, “menos de la mitad reciben el tratamiento adecuado”, apunta Gatell.