| domingo, 13 de septiembre de 2009 h |

C.R./J.g.

Madrid

Pregunta. Tras una gestión que todos calificaban de ejemplar, las críticas han empezado a aparecer en torno al manejo del ministerio de la gripe A. ¿Ha habido alarmismo en la gestión de la misma?

Respuesta. Las reflexiones en relación a un posible alarmismo en la gestión de la crisis por la gripe A no las considero dirigidas al ministerio. Creo que son reflexiones sobre el fenómeno de la gripe A y sus efectos potenciales en la población. Yo creo que ésta es una enfermedad nueva sobre la que la OMS ha alertado al mundo en relación a sus hipotéticas consecuencias negativas sobre la salud y es lógico que haya preocupación por parte de la población. No obstante, creo que aunque podemos enviar un mensaje de seguridad y tranquilidad a los ciudadanos porque nuestro sistema es excelente y está preparado, no podemos olvidar que estamos frente a un nuevo virus y eso como sanitarios, nos debe preocupar para no bajar la guardia.

P. Todavía es una incógnita el comportamiento futuro de la gripe A, aunque el desarrollo del invierno en el hemisferio sur permite abandonar tesis catastrofistas. Aun así, si se produjera una mutación en el virus que le hiciera más agresivo, ¿podremos reaccionar? ¿Hay preacuerdos con los fabricantes de antivirales y vacunas que permitan incrementar los pedidos ante un agravamiento de la situación?

R. Es verdad que la experiencia de otros países que han pasado el invierno y esta epidemia de gripe sin poder disponer de vacunas, arroja algunas enseñanzas y muchas de ellas tienen que ver con aspectos que pueden ser relativamente tranquilizadores. Hasta ahora, la práctica totalidad de los casos ha presentado cuadros leves que han curado en pocos días con los tratamientos y cuidados convencionales. La mortalidad es, hasta ahora, menor que la de la gripe estacional. Pero hay que estar atentos y preparados a lo que pueda pasar. Y España está preparada. Tenemos adquiridos antivirales en cantidad más que suficiente para atender escenarios más complejos (disponemos de casi 16 millones de tratamientos) y podríamos disponer de vacunas para incluso el 60 por ciento de la población. Además, la vacuna estará previsiblemente antes de final de año en el canal farmacéutico accesible al conjunto de la población que la pueda necesitar. La hipótesis de una mutación es imprevisible y sobre todo es imposible saber qué agresividad tendría un nuevo virus. Por eso, no soy partidario de hacer conjeturas. Al contrario, quiero que actuemos con evidencias científicas y no con conjeturas.

P. Para futuros años, ¿se tendrá que integrar la vacunación frente al A/H1N1 dentro de las campañas de vacunación ordinarias frente a la gripe estacional?

R. En esta cuestión hay que estar a la espera de lo que los científicos y expertos así como la OMS nos aconsejen. No es posible responder a esa pregunta con el conocimiento sobre la enfermedad que hoy tenemos en la comunidad científica internacional.

P. ¿Cree que los mensajes que se están difundiendo en algunos foros, con opiniones de profesionales sanitarios entre ellas, poniendo en duda la calidad y eficacia de la vacunación puede poner en peligro una correcta defensa ante la pandemia?

R. La vacuna aún no está disponible y no tiene la autorización de la EMEA. Por lo tanto, no se puede hablar sobre su calidad y eficacia (ni a favor, ni en contra) con fundamento cierto. Hay que esperar a que se puedan analizar todos los datos de los ensayos clínicos para poder emitir un juicio basado en las evidencias que se aporten. La posición de España es la de exigir las mayores garantías de seguridad y eficacia posibles para proteger la salud de los ciudadanos. Sobre todo, porque se pretende vacunar a millones de personas en todo el mundo y una vacunación masiva exige garantías de seguridad indudables.

P. La coordinación en el seno del CISNS está siendo ejemplar, ¿confía en que ésta siga siendo la tónica en el futuro? ¿Qué opina el ministerio sobre la propuesta lanzada por algunas comunidades de centralizar algunas competencias de salud pública manera excepcional?

R. Yo creo que es ejemplar la actuación de las autoridades sanitarias españolas y agradecemos a los consejeros y consejeras su lealtad y su colaboración, porque eso está permitiendo que el Ministerio de Sanidad desempeñe el papel institucional que le corresponde y como consecuencia de todo ello, podamos dar una respuesta eficaz desde el Sistema Nacional de Salud. Estamos demostrando que el sistema sanitario español es fuerte porque está descentralizado y es capaz de coordinarse. A mí me resulta más que suficiente. La posibilidad de asumir competencias de manera excepcional está contemplada en la normativa vigente desde 1986 para situaciones excepcionales (Ley orgánica 2/1986 de 14 de abril de medidas especiales en materia de salud pública).

P. ¿Es la crisis de la gripe A la causa de retrasos en asuntos de importancia como el Pacto de Estado por la Sanidad? Antes del verano, su aprobación era inmediata. ¿En qué punto se encuentra ahora? ¿Qué plazos maneja el ministerio?

R. El proyecto de Pacto por la Sanidad creo que sale fortalecido por la gestión de la crisis de la gripe A y estamos en su fase final. Espero que en pocas semanas sea una realidad, pero prefiero que cerremos bien los aspectos pendientes una vez que ya disponemos de un nuevo marco de financiación autonómica.