La retinopatía diabética es una de las afecciones que presenta alrededor del 40 por ciento de los pacientes diabéticos mal controlados. Del total, entre un dos y un siete por ciento padecen edema macular diabético (EMD). una patología metabólica y crónica “muy invalidante”, como afirma el presidente de la Sociedad Andaluza de Oftalmología (SAO), Ignacio Vinuesa.
Para ofrecer información sobre esta enfermedad y sus consecuencias, el Parlamento de Andalucía (Sevilla) acogió el 26 de febrero la I Jornada para la Prevención de la Ceguera por EMD, en la que colaboraron instituciones públicas y privadas como la Fundación ONCE, asociaciones de pacientes, la compañía Allergan y la SAO.
Así, Vinuesa explica a GACETA MÉDICA que lo primero que hay que hacer una vez que se diagnostica diabetes es un fondo de ojo. Además, no cabe duda de que se debe tener, evidentemente, un buen control metabólico y hacer una revisión, al menos una vez al año. “Si el paciente siente pérdida de visión, por supuesto, debe acudir al oftalmólogo”, apunta.
Una de las principales consecuencias del EMD es la pérdida de visión central, al estar afectada la mácula, “la responsable de la visión fina”, explica. De modo que, pese a que la visión periférica permite que los pacientes “puedan defenderse”, impide que puedan llevar una vida normal.
La fotocoagulación con láser o las inyecciones intravítreas son algunas de las opciones terapéuticas que se utilizan para tratar el edema macular. Si bien es cierto que los tratamientos que se prescriben se basan en antiVEG —antiangiogénicos— y corticoides según el perfil del paciente y la patología que presenten, “estas opciones no sirven de nada, si el paciente no tiene control sobre la diabetes”, dice Vinuesa.
Además, prosigue el especialista, estas alternativas permiten, en algunos casos, recuperar la visión. Todo depende del estadio en el que se encuentre la persona.
En Andalucía
La prevalencia de diabetes en España se sitúa, aproximadamente, en torno a un ocho por ciento aunque en Andalucía, según el experto, la cifra puede ser algo mayor. Esto supone que más de 400.000 personas podrían presentar un EMD.
Esta comunidad cuenta con un plan integral de diabetes, que consiste en que en ciertos centros de salud periféricos se hace una retinografía, se envían los resultados vía telemática al hospital y un especialista los contrasta. Si todo es normal, le da el alta hasta el año siguiente y si ve algo extraño se cita al paciente en la consulta de Retina del hospital y se le hacen las pruebas que necesite y se le administra el tratamiento, precisa.
Si la diabetes está bien controlada, el número de alteraciones es “mínimo”, subrayó. “Está demostrado que es fundamental el buen control de la patología los cinco primeros años después del diagnóstico”, agregó.
Aparte, una unidad móvil oftalmológica, promovida por la Asociación Mácula Retina, recorre entre los días 23 y 27 diferentes poblaciones andaluzas, con el objetivo de detectar precozmente patologías oculares.