Compaginar la actividad investigadora con la asistencia resulta hoy complicado para los profesionales sanitarios del Sistema Nacional de Salud. Cada vez son más las voces que reclaman cambios en el modelo de contratación para introducir salarios variables, entre otras medidas. Poco a poco se ha producido un cambio de tendencia y el facultativo se encuentra más interesado en la investigación, pero encuentra poco medios.
Lluis Blanch, coordinador del programa Desarrollo de Unidades de Apoyo a la Innovación de la Plataforma Itemas y director del Instituto Universitario de la Fundación Parc Taulí, reclama mecanismos para incentivar al profesional. “Si no hacemos algo esta motivación no va a durar eternamente”, lamenta.
Blanch admite que el profesional sanitario es de carácter “vocacional”. Además “se encuentra altamente preparado, pero está mal pagado en comparación con otros países de la Unión Europea”.
El experto ofrece una serie de soluciones para acabar con esta situación: “Hay que mejorar la competitividad del sistema con salarios variables de acuerdo con el talento de la gente, fomentar retornos de innovación a las instituciones y que parte de ellos vayan a los profesionales, favorecer contactos público-privados…”. Pero estas medidas deben integrar también al médico que prioriza su función asistencial. “No podemos olvidar que no todo el mundo puede hacer investigación e innovación. Hay excelentes profesionales que hacen una asistencia magnífica y que, aunque no hacen innovación, también tienen que entrar en esta ecuación”.
El coordinador de la plataforma Itemas, Manuel Desco, señala, en cambio, que el profesional se encuentra incentivado “en el sentido de que es importante para su carrera profesional”. El problema radica en las dificultades que halla derivadas de la presión asistencial. “Normalmente se prioriza la lista de espera y la atención”, afirma. Esta situación lleva a que muchos de los profesionales que deciden dedicarse a la innovación “lo tienen que hacer fuera de la jornada laboral”.
Desco reconoce que se ha puesto el “énfasis en mejorar los índices de asistencia” sobre la investigación e innovación. No obstante, Blanch afirma que en ningún caso debería favorecerse la I+D+i, “dejando de lado la esencia del sistema que es la atención sanitaria al paciente”.
El Instituto de Salud Carlos III ha puesto en marcha mecanismos con el fin de que el facultativo y el resto de profesionales sanitarios puedan compaginar estas tareas. En los últimos 15 años ha financiado 1.959 contratos con una inversión de 83 millones de euros.
En la actualidad existen tres programas diferentes que cubren diferentes etapas. El primero es el Río Hortega, orientado a los profesionales que acaban de finalizar la investigación; el Juan Rodés se dirige a aquellos profesionales que han finalizado el programa anterior y que quieren continuar con la investigación, y el tercero es la intensificación, que permite liberar al profesional de un 50 por ciento de la actividad asistencial.
1.959
contratos
son los que ha financiado el Instituto de Salud Carlos III durante los últimos 15 años con el objetivo de que los profesionales sanitarios puedan, por un lado, formarse en investigación; y, por otro, compaginar la tarea asistencial con la investigadora. Con este fin, la institución ha destinado 83 millones de euros que se han dividido en tres programas: los Río Hortega, los Juan Rodés y la intensificación, que aglutina el mayor número de contrataciones, ya que ha permitido ayudar a 541 profesionales de diferentes categorías.