gaceta médica Madrid | viernes, 17 de julio de 2015 h |

Fingolimod, un tratamiento comercializado actualmente para el tratamiento de la esclerosis múltiple, ha demostrado ahora que restituye la plasticidad sináptica del hipocampo y mejora las funciones de memoria en pacientes con corea de Hungtington. Estos resultados, fruto de un estudio realizado de manera onjunta por investigadores de la Universidad de Barcelona (UB) y el Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (Idibaps), acaban de ser publicados en Human Molecular Genetics.

Aunque de momento estos resultados solo han sido demostrados en modelos de ratón, Jordi Alberch, jefe del Grupo de Investigación Consolidado de Fisiopatología de Enfermedades Neurodegenerativas de la UB e investigador del Idibaps, señala que “a medio plazo se podrían llevar a cabo ensayos clínicos con pacientes” dado que el fármaco ya ha superado las pruebas de seguridad.

Previamente, este equipo de investigación, que lleva años estudiando la vía de señalización del factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF) y sus receptores TrkB y p75NTR —una vía de señalización clave en la regulación de la plasticidad sináptica, el aprendizaje y la memoria—, ya había demostrado que los déficits cognitivos y sinápticos de los pacientes con Hungtington estaban estrechamente relacionados con un desequilibrio entre estos dos receptores.

Ahora, en este nuevo trabajo, lo que han descubierto estos científicos es de qué manera influye fingolimod sobre los niveles de los receptores de BDNF, incrementando TrKB y reduciendo p75NTR. Desde el punto de vista celular, este fármaco atenúa la sobreactivación de los astrocitos y reduce el efecto inflamatorio en la membrana de las neuronas del hipocampo, lo que contribuye a preservar las espinas dendríticas y la función de memoria.

En los modelos de ratón estudiados, en tratamiento durante tres meses, han demostrado de hecho una reducción significativa de los déficits de memoria a largo plazo y una mejora en las pruebas de reconocimiento espacial. Unos datos que hacen pensar que fingolimod podría ser útil también en otras patologías con afectación del hipocampo como, por ejemplo, el alzhéimer.