almudena Fernández Madrid | viernes, 13 de junio de 2014 h |

Las enfermeras se han ido incorporando a puestos de gestión dentro de la AP, pero queda mucho camino por recorrer en la homogeneización de la misma para que tanto un médico como una enfermera sean directores de programas y centros de salud. Así se lo explicó a GM Alba Brugués, vicepresidenta de la Asociación de Enfermería Familiar y Comunitaria de Cataluña (Aificc), en el marco de la XI Jornada de debate para directivos de Equipos de Atención Primaria, organizada por la Aificc y la Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria (Camfic) conjuntamente. Para Brugués, ocupar estos puestos no debe depender de la profesión, sino del perfil de la persona, que sea capaz de dar respuesta a lo que se necesita en puestos de gestión y deje de estar tan “medicalizado”.

Xavier Bayona, coordinador del Grupo de Gestión de la Camfic, por su parte, incidió en la necesidad de “reciclar” el sistema dotando a la primaria de capacidad de compra de servicios de segundo nivel y exploraciones complementarias, y permitiendo un incremento en la autogestión. En este sentido, Brugués añadió que se trabaja mucho por resultados globales que, a veces, no están adaptados a la realidad de la población que se está atendiendo, y una mayor autonomía permitiría que los gestores pudiesen ajustar esto.

También se está mejorando en el momento actual en el sobrediagnóstico y sobretratamiento, llevando a cabo una “desmedicalización desde la primaria” en muchos pacientes polimedicados a los que se ha visto que hay que ir retirándoles poco a poco algunos de estos fármacos.

Por otro lado, los profesionales sanitarios han hecho que los pacientes sean “muy dependientes del sistema”, algo que, en el momento actual, se ha llegado a la conclusión de que era un error y se está intentando hacer lo contrario a través de múltiples programas de paciente experto: empoderar al paciente para que tome sus propias decisiones sobre su salud, pero siguiendo las pautas de los profesionales sanitarios.

También se deberá mejorar la comunicación entre los diferentes actores de la sanidad, ya que a veces atención primaria y hospitalaria trabajan de espaldas.