Generar una información que permita saber qué está pasando en el hospital, predecir qué va a pasar y utilizar la gestión con un enfoque poblacional como palanca de cambio para pasar del “hospital del hoy al del mañana” es uno de los objetivos hacia los que debe dirigirse el sistema.
Así lo puso de manifiesto Melchor Hoyos, director gerente del Hospital Universitario La Fe de Valencia, durante la ‘III Jornada de gestión sanitaria Sedisa-Valdecilla: 18 ideas transformadoras ante el futuro incierto’. En este sentido, apuntó que el hospital de hoy es igual para todos, con una asistencia fragmentada, centrada en el proveedor, hecha por especialidades, basada en intervenciones y en la que simplemente se tratan enfermedades, mientras que en el del mañana, que es al que se ha de llegar, la medicina es personalizada e integrada, centrada en el paciente, no centralizada en la comunidad, con una atención multidisciplinar, toda la asistencia transversal y basada fundamentalmente en resultados y en prevenir enfermedades.
En este sentido, Juan Luis Burón, director gerente del Complejo Asistencial de León, explicó a GM que hay que predecir “el cambio de patrón de morbilidad” del entorno para adelantarse a las necesidades de los pacientes crónicos de alta complejidad y gestionar de forma proactiva los factores de riesgo.
Lourdes Martínez, directora de Enfermería del Hospital Universitario La Paz de Madrid, por su parte, compartió algunas ideas que, en su opinión, pueden permitir avanzar, tales como la búsqueda de la eficiencia en todo el trabajo de los sanitarios; el uso de la telemedicina y la telemonitorización del paciente, que en ese caso estaría en su domicilio; la potenciación del autocuidado y del paciente experto; gestionar adecuadadamente los recursos humanos; la búsqueda de la acreditación y el reconocimiento de los profesionales; la gestión del cuidado del paciente, basada en la evidencia científica; y, finalmente, la gestión ambiental, que es importante en la búsqueda del hospital del futuro.
El presidente de Johnson & Johnson en España, Enrique Álvarez, abordó la posibilidad de incorporar valor, innovación y tecnología en una situación de crisis en la que hay un límite claro al gasto. La posibilidad de alcanzar acuerdos de riesgo compartido es para él una buena opción que, además, tiene ventajas de cara a la sociedad, a la propia organización y al paciente. Este tipo de acuerdos, además de tener una limitación en cuanto a su utilización, implican la obligación de evaluar los resultados de las tecnologías y los nuevos fármacos para ver si realmente se están obteniendo mejoras de salud reales. Jon Guajardo, director gerente del OSI Barrualde Galdakao, agregó que “desde el punto de vista de la gestión, es fundamental”, ya que cuando se incorpora una innovación, sobre todo con precios muy altos, “es una responsabilidad de los gestores evaluar los resultados”, porque a veces se pone algo en marcha sin saber si está mejorando la salud. “Hay que medir y cotejar que realmente se cumplen los objetivos”, remachó.
La automatización y robotización de los procesos fue otro de los temas abordados durante el encuentro. José Luis Gómez, director general-presidente en Becton Dickinson, abogó por hacerlo únicamente con los procesos que ya son eficientes. Como ejemplo, señaló la automatización del diagnóstico bacteriológico, ya que en Europa hay más de 100 instalaciones de este tipo y los beneficios que se han observado han sido el aumento de la productividad porque se pueden procesar muchas más muestras, la mejora de la trazabilidad, los resultados que pueden ser obtenidos en menos de 48 horas y que favorece el establecimiento de estrategias en política antibiótico.
Sin embargo, tal y como destacó José Manuel Rabanal, director médico del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, pueden encontrarse resistencias desde los propios servicios a este tipo de avances, pues los recursos humanos que se precisan frente al sistema convencional son menores, por lo que puede ser entendido por parte de los responsables como una pérdida de poder.
El aspecto positivo de la crisis económica ha sido el haber dado la oportunidad de volver a enfocar los problemas a partir de ideas innovadoras. Así lo señaló el director general del Instituto para el Desarrollo e Innovación de la Sanidad, Manuel Vilches. A su vez, incidió en que la reducción del gasto en asistencia sanitaria en España bajó a un 5,9 por ciento del PIB, situándose solo por encima de dos países de la OCDE: Grecia y Portugal. Una bajada que deberá propiciar un nuevo enfoque de la financiación, pues deberá dirigirse a los resultados en salud.
Andreas Abt, director general de Roche Farma, por su parte, apuntó que, según estudios recientes, el sistema público no es sostenible y, además, no es equitativo entre las distintas comunidades autónomas en cuanto al acceso a la innovación. Asimismo, no cuenta con herramientas para medir qué se hace y la calidad que tiene. Para conseguir recursos suficientes para implementar la innovación terapéutica abogó por fórmulas como el riesgo compartido, el techo de gasto y que se financien única y exclusivamente aquellos fármacos que tienen valor terapéutico para los valores para los que se prescribe.
Finalmente, César Pascual, vicepresidente de la Sociedad Española de Directivos de la Salud (Sedisa) y director gerente del Hospital Marqués de Valdecilla, que fue el coordinador de las jornadas, puso en valor el papel de una buena gestión en la sostenibilidad del sistema. “Hay mucha evidencia científica de que la buena gestión tiene una clara vinculación con los buenos resultados”, señaló.
Añadió que en España hay muy buenos gestores que han sabido reorientar los ajustes presupuestarios que ha habido que hacer, “que en algunas comunidades han sido escandalosos”, por lo que, en su opinión, demuestra que se gestiona bien.
Sin embargo, alertó de que el sistema tiene encima de la mesa “un grave riesgo” que es la recentralización y la pérdida de autonomía, pues si se sigue quitando autonomía de gestión, difícilmente se podrán pedir resultados.
Recalcó que los gestores sanitarios en España han demostrado que se puede confiar en ellos, que tienen criterio y han sido prudentes y “capaces de salir bien parados de esta crisis”, por lo que no ve lógico que se plantee la toma de decisiones que afectan a un ámbito local desde las consejerías de Sanidad.
Los gerentes alertan de que
si se les quita autonomía
de gestión, dificilmente podrán pedírseles resultados
Evaluar los resultados tras incorporar una innovación debe considerarse
una responsabilidad