Gaceta Médica Madrid | martes, 18 de febrero de 2014 h |

El difícil diagnóstico y las pocas opciones terapéuticas de las enfermedades del tejido conectivo (CTD) o enfermedades autoinmunes sistémicas (SAD) requiere iniciativas como Precisesads, un proyecto de colaboración europeo que cuenta con más de 22 millones de euros de financiación para los próximos cinco años, en los que se estudiarán al menos 2.000 pacientes de estas enfermedades y 600 controles sanos, con el objetivo de identificar grupos de individuos a través de la superposición de estas enfermedades que comparten características moleculares.

Enmarcado en la Iniciativa sobre Medicamentos Innovadores (IMI), este proyecto participado por 23 centros de investigación y cinco compañías de 12 países europeos pretende hallar tecnologías de diagnóstico innovadoras para relacionar las enfermedades autoinmunes sistémicas con cambios en sus firmas moleculares individuales, y de ahí diseñar tratamientos específicos.

Según explica Esteban Ballestar, participante del proyecto y jefe del grupo de cromatina y enfermedad del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (Idibell), “actualmente los pacientes tienen pocas posibilidades de beneficiarse de tratamientos ya aprobados debido a la heterogeneidad de los mecanismos moleculares que resultan de la misma clase de enfermedad”. Asimismo, reconoce que las compañías farmacéuticas se enfrentan a “enormes problemas cuando se trata de identificar los puntos finales para determinar la utilidad de los fármacos en los ensayos clínicos y no tienen marcadores biológicos que ayuden a evaluar la respuesta al tratamiento”.

Como prototipo, los investigadores trabajarán con los nuevos tratamientos biológicos que se están desarrollando para el lupus eritematoso sistémico (LES) pero que debido a la clasificación de enfermedades por separado, no se pueden usar para tratar otras enfermedades de las que se sospecha que tienen una fisiopatología molecular compartida.