14º congreso nacional de PSIQUIATRIA

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Un estudio del Sant Pau augura la efectividad de la estimulación cerebral profunda en estos pacientes. En fase inicial han respondido 6 de los 8 intervenidos
| 2010-10-22T17:19:00+02:00 h |

Cecilia Ossorio

Barcelona

La estimulación cerebral profunda (ECP) es una técnica bien establecida en la enfermedad de Parkinson, y en el campo de la psiquiatría está indicada en trastorno obsesivo compulsivo (TOC) para el 5 por ciento de pacientes muy graves que no responden a ninguna otra terapia.

Sin embargo, esta técnica de psicocirugía podría ampliar pronto sus fronteras al ámbito de la depresión completamente refractaria, con alto riesgo de suicidio, que ni tan siquiera logra mejoría con la electroconvulsoterapia. Sobre las evidencias y el futuro de esta técnica, que consiste en la implantación de electrodos en distintas zonas del cerebro para mantener una estimulación continua mediante un generador subcutáneo en el paciente, se trató durante el 14º Congreso Nacional de Psiquiatría, celebrado en Barcelona.

En lo que concierne a la depresión, el servicio de Psiquiatría del Hospital Sant Pau Santa Creu de Barcelona-Cibersam está realizando un ensayo clínico pionero en España financiado por el Fondo de Investigaciones Sanitarias (FIS). Como explicó Víctor Pérez, jefe del citado servicio, en una fase inicial intervinieron a ocho enfermos refractarios y seis de ellos han respondido —estipulando el beneficio como una mejoría de más del 50 por ciento en la escala de Hamilton—.

El área exacta de intervención se ubica en el córtex prefrontal, la 24-25 de Bormann, que tiene más conexiones con el sistema límbico (regulador de las emociones) y ejerce una función inhibitoria.

Ahora están realizando un ensayo clínico doble ciego aleatorizado cruzado, en el que comprobarán si apagar el estimulador durante un mes o dos tiene trascendencia en la recuperación o no, y verificarán si realmente lo requieren. De los seis pacientes que respondieron en la fase inicial, han finalizado el estudio cinco, y cuando concluyan con el último —se estima que a finales de este año— analizarán los resultados. Próximamente intervendrán a cuatro pacientes más.

Además de este trabajo, a nivel estadounidense y europeo hay otros tres ensayos clínicos en marcha con el mismo objetivo, y se estima que en 2013 habrá datos suficientes para constatar si es una técnica útil.

En una fase aún más inicial, se está investigando con la ECP en trastornos adictivos graves, en impulsividad y en trastornos de la conducta alimentaria.

En otro sentido, en el campo del TOC, Julio Vallejo, presidente del congreso, y José Manuel Menchón, jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario de Bellvitge (Barcelona), subrayaron que se está debatiendo un cambio de clasificación de esta enfermedad, hasta ahora ubicado en el campo de los trastornos de ansiedad. “Se estudia reconocer su característica diferenciada y distinguirlo en el documento DSM como trastorno independiente”, señaló Menchón.

El experto recordó que el TOC más prevalente en España, que afecta a la mitad de los casos, es el de limpieza, seguido de un 25 por ciento trastornos denominados “de comprobación”.