El servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital Universitario Virgen del Rocío ha empezado a utilizar una nueva técnica para corregir las escoliosis de aparición precoz preservando el crecimiento de la columna del paciente. La primera intervención de este tipo realizada en Europa tuvo lugar el pasado mes de marzo en Sevilla y ya ha logrado corregir el 60 por ciento de la curvatura anómala de la columna de una niña de 11 años a quien se le detectó la malformación el año pasado. Se estima que el resto de la deformidad termine de corregirse a lo largo de este año.
En el éxito de esta intervención, cuyos resultados han sido presentados este jueves 22 de mayo, han participado un total de 15 profesionales, entre ellos especialistas de distintas categorías de las unidades de Ortopedia Infantil y Columna, Cirugía Pediátrica, Anestesia Pediátrica y Neurofisiología. Y en la operación, que duró unas 5 horas, han utilizado la técnica del tirante raquídeo anterolateral, que consiste en fijar un cordón flexible a diferentes vértebras mediante tornillos a fin de controlar el crecimiento de la curvatura de la columna. “La idea es aprovechar el crecimiento natural del menor para corregir la escoliosis, de manera que fijamos la parte que no queremos que crezca (la parte convexa de la curva) y dejamos libre la que conviene que aumente para compensar la curva y tratar de minimizarla (la parte cóncava)”, ha explicado el jefe de la Unidad de Ortopedia Infantil del Hospital Virgen del Rocío, David Farrington, quien prevé que se pueda empezar a practicar entre seis y siete intervenciones al año con la nueva técnica en menores con deformidades que no superen los 55 ó 60 grados de curvatura.
Esta es la principal ventaja de esta técnica, presentada por el doctor Peter Newton de San Diego en el 7º Congreso Internacional de Escoliosis de Aparición Precoz, celebrado a finales del año pasado en Estados Unidos. Las técnicas clásicas, orientadas a fusionar las vértebras del paciente, obligan a los cirujanos a retrasar la intervención, ya que se desaconsejan por debajo de los 11 u 12 años, con objeto de minimizar las consecuencias que esta cirugía tiene sobre el crecimiento del paciente (le puede restar entre 5 y 10 centímetros sobre la talla final). La colocación del tirante anterolateral, en cambio, parece que solo supone una pérdida de altura de 1 ó 2 centímetros. Además, permite intervenir al paciente a través de tres pequeñas incisiones laterales, evitando la cirugía abierta de columna. Esto mejora el postoperatorio, que es menos doloroso y más tolerable para el menor. Las cicatrices son también más estéticas y suelen pasar desapercibidas ya que quedan debajo del brazo.
A su vez esta técnica, al permitir el movimiento de los discos intervertebrales, supone la conservación de la movilidad de la porción de columna que se interviene, circunstancia que no se da con las técnicas convencionales en las que el tramo de columna operado termina formando un bloque rígido. De hecho, los precursores de la técnica han constatado en modelos animales la conservación de los discos, aunque con algunos cambios químicos, celulares y vasculares. El equipo ya ha efectuado una segunda intervención a una niña de Extremadura, de 12 años. Se trata de un caso similar y la pequeña también se encuentra de alta en casa.