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El Hospital Universitario Vall d’Hebron (HUVH) es el único centro español participante y el que aporta más pacientes de Europa en un estudio mundial sobre la eficacia de nuevos tratamientos endovasculares en pacientes con ictus isquémico que ha publicado recientemente la revista New England Journal of Medicine (NEJM). Aunque el trabajo no ha alcanzado el objetivo primario del estudio, ha resultado útil para identificar nuevos factores que permitirán estratificar mejor a los pacientes y predecir respuestas al tratamiento.
En el estudio, llamado IMS3 (Interventional Management of Stroke), han participado 656 pacientes provenientes de 58 centros de Estados Unidos, Canadá, Australia y Europa. El Hospital Vall d’Hebron ha contado con la coordinación de Marc Ribó, neurólogo y neurointervencionista, y Carlos Molina, jefe de la Unidad de Ictus, como miembro del Comité Ejecutivo.
En pacientes con ictus isquémico el único tratamiento que ha demostrado eficacia hasta el momento es el fármaco t-PA (un inhibidor del activador tisular del plasminógeno), que administrado en las primeras horas después del inicio de los síntomas consigue la destrucción del trombo causante de la oclusión, la reperfusión cerebral y la reversión de los síntomas. Sin embargo, en muchos casos, ésta terapia no logra el objetivo deseado y es necesario buscar vías terapéuticas alternativas.
En esta ocasión, se ha probado el acceso mediante un catéter por el interior de los vasos sanguíneos hasta llegar a la arteria cerebral donde se encuentra alojado el trombo y proceder a su extracción.
Durante el ensayo se distribuyó a los pacientes que habían recibido t-PA intravenoso en las tres primeras horas después de la aparición de los síntomas de ictus en dos grupos. Uno de ellos recibió terapia endovascular adicional y el otro solo t-PA.
Como explican los autores, si bien el IMS3 no ha mostrado una superioridad evidente del tratamiento endovascular frente al convencional con t-PA, ha abierto una vía de información importante sobre los subgrupos de pacientes que pueden llegar a beneficiarse de estos tratamientos y sobre cuáles son las exploraciones complementarias que permitirán identificarlos.
Durante la realización del estudio se han identificado factores que permiten a los investigadores ser optimistas, ya que la información obtenida y la aparición de nuevos catéteres con un perfil de eficacia y seguridad mejorados respecto a los que se utilizaban hasta ahora ha permitido diseñar nuevos ensayos clínicos, algunos ya en marcha con participación de Vall d’Hebron, en los que hay puestas grandes esperanzas.
Eficacia descendente
Otra de las conclusiones importantes del trabajo es la confirmación de una de las máximas del tratamiento del ictus, y es que hay que actuar de forma muy temprana. Los resultados evidencian que por cada 30 minutos de retraso en el acceso al tratamiento disminuyen un 10 por ciento las posibilidades de recuperación funcional de los pacientes.