Más de 250 cardiólogos, radiólogos y otros especialistas se reunirán, desde mañana y hasa el próximo sábado 15 de marzo, en en el Auditorio – Palacio de Congresos “Príncipe Felipe” de Oviedo, con motivo de la reunión anual de la La Sección de Imagen Cardíaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC). Como en años anteriores, la primera parte del programa se centrará en dar formación a todos aquellos especialistas que quieran profundizar en el conocimiento de las técnicas de imagen. “Gracias a la imagen cardiaca, podemos sacar información muy importante tanto para el diagnóstico como para el pronóstico de la patología e, incluso, ya se está empezando a utilizar también en la fase de tratamiento”, asegura José Juan Gómez de Diego, presidente de la Sección.
En concreto, detalla este profesional, “gracias a su rápida evolución, estas técnicas ya nos permiten ayudar en el tratamiento de algunos aspectos de la cardiología estructural como las valvulopatías (el implante percutáneo de válvula aórtica, TAVI, o el tratamiento percutáneo de la valvulopatía mitral, MitraClip”. Además, continúa Gómez de Diego, “las técnicas de cardiología intervencionista se realizan más fácilmente cuando se ejecutan mediante la ecocardiografía, ya que permiten una mayor vigilancia y una correcta monitorización de estos procedimientos”.
Otro de los temas de obligada presencia en la reunión será el de la crisis económica, que obliga a elegir “qué técnicas de imagen cardíaca es mejor elegir en épocas de austeridad económica, con el objetivo de sacar el mayor rendimiento en el momento actual sin disparar los costes”, apunta el presidente de la Sección de Imagen Cardiaca de la SEC. Un tema de cada vez mayor actualidad teniendo en cuenta la línea de crecimiento de este tipo de procedimientos.
En concreto, habrá una mesa de debate sobre los criterios adecuados de uso de imagen cardiaca en el despistaje del dolor torácico que pretende descubrir cuál de las múltiples pruebas de imagen cardiaca sería la que tendríamos que utilizar (y de qué manera) para lograr obtener cuanto antes un diagnóstico y que su coste sea el menor posible. “No todos los hospitales tienen la misma disponibilidad de técnicas de imagen ni la misma experiencia con ellas. La realidad nos muestra que, efectivamente, existe un intento de consensuar criterios pero luego todo dependerá de la disponibilidad de los recursos que tenga cada hospital”, destaca Gómez de Diego, que señala al futuro con optimismo. “Llega hasta tal punto la extensión de la utilización de la imagen cardiaca que colectivos de otras especialidades están ya empezando a utilizar la ecocardiografía”, asegura. Un campo en evolución sobre el que todavía “no existe un consenso establecido sobre como manejar al paciente para hacerle las pruebas diagnósticas”, un tema que se convertirá en uno de los núcleos de debate de la reunión.
Además, también habrá tiempo para destacar los principales progresos de los últimos años en esta área: el ecocardiograma, la resonancia magnética y el TAC multicorte. Los avances se centran en ser más precisos en la valoración del daño del miocardio, que se produce a causa de distintas enfermedades y que se puede valorar a través de distintas técnicas, y sobre todo, en cómo diagnosticar de forma todavía más precoz esta patología. En referencia al ecocardiograma, se destacará sobre todo el estudio de la deformación miocárdica, una técnica ecocardiográfica en pleno desarrollo y que se utiliza para obtener un análisis detallado de la función cardíaca. En cuanto a la resonancia magnética, se está investigando en lo que se denomina ‘secuencias de mapeado’, que permiten definir de forma precisa el daño producido en el miocardio y la presencia de fibrosis cardiaca. “Sin duda es la técnica más efectiva para detectar las áreas infartadas e incluso la fibrosis miocárdica”, destaca el experto. Finalmente, en el campo de la tomografía axial computarizada (TAC) multicorte, se está avanzando en la aparición de equipos más modernos de baja radiación que permitan diagnosticar precozmente la enfermedad coronaria, lo que haría posible evitar la realización de coronariografías innecesarias.