Gaceta Médica Madrid | jueves, 27 de marzo de 2014 h |

El mayor acceso a las nuevas tecnologías, la importancia concedida al aspecto físico o el estrés han favorecido el auge de las adicciones comportamentales en las mujeres vulnerables. Los trastornos afectivos como la depresión, la ansiedad o la baja autoestima condicionan la aparición en las mujeres de dos de las adicciones comportamentales más frecuentes: el trastorno por juego o ludopatía y las alteraciones de la conducta alimentaria, según afirman los expertos reunidos en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid en las 8º Jornadas Nacionales de Patología Dual y Género “Adiciones comportamentales y patología dual en la mujer”.

En cuanto a los trastornos de la conducta alimentaria (TCA), lejos de ser solo un problema de la adolescencia, este problema se prolonga durante la vida adulta en gran parte de los casos. “El prototipo de paciente que lo sufre es una mujer, en una proporción 1/10, con estudios universitarios y de unos 26 años”, revela Ignacio Basurte, psiquiatra del Hospital Gregorio Marañón y secretario de la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD). Además, en el 17 por ciento de los casos, encontramos casos de patología dual. “Es decir, estas pacientes suman a su trastorno mental otro trastorno mental adictivo”, apunta. El origen de estas alteraciones de la conducta como la anorexia, la bulimia nerviosa y el trastorno por atracón se explica a partir de una alteración mental-cerebral cuya expresión psicológica es un elevado nivel de insatisfacción personal, miedo a madurar, elevados índices de autoexigencia e ideas distorsionadas sobre el peso o la comida. Los profesionales de la Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria del Hospital Universitario Gregorio Marañón han tratado a más de 679 pacientes en los seis años de vida de esta unidad y han realizado 23.000 intervenciones con estas pacientes desde el ámbito de la psiquiatría, la psicología clínica y la enfermería.

En cualquier caso, los pacientes con TCA presentan una elevada comorbilidad de entre el 16 al 23.8 por ciento, siendo la compra compulsiva y la cleptomanía los más comunicados. “El trastorno depresivo aparece en entre un 35 y un 81 por ciento de los casos y el trastorno bipolar hasta en un 56 por ciento de los casos, llegando hasta el 40 por ciento en pacientes que tienen una historia familiar de enfermedad afectiva. Entre los trastornos de ansiedad destaca la fobia social (17 por ciento), el trastorno de ansiedad generalizada (12 por ciento), el trastorno de pánico entre un 2 y un 31 por ciento y el trastorno obsesivo compulsivo entre un 20 y un 31 por ciento. Hay que destacar también el rasgo multimpulsivode los pacientes bulímicos, quienes más de la mitad consumen sustancias y hasta el 62 por ciento desarrollan cleptomanía”, destacaBasurte. “Como dato curioso hay que destacar que el juego patológico raramente concurre con los TCA. La prevalencia en Norteamérica y Europa oscila entre el 0.5 y el 10 por ciento”, apunta el experto.

La adicción al juego es un trastorno crónico incapacitante que comporta importantes consecuencias negativas para las personas que lo padecen y su entorno. La creciente oferta de juego a través de Internet y la presencia incontrolada de máquinas tragaperras, bingos y casinos ha incrementado los casos de ludopatía. Se calcula que entre el 2 y el 3 por ciento de la población adulta española tiene problemas con el juego (más de un millón de personas), un trastorno que puede afectar a hombres y mujeres, aunque suelen tener un perfil de adicción distinto. “Hoy, las mujeres constituyen el 30 por ciento del total de ludópatas, pero sin embargo solo el 10-15 por ciento acuden a centros de tratamiento en busca de ayuda”, señala el doctor Enrique Echeburúa, catedrático de Psicología Clínica de la Universidad del País Vasco.