Almudena Fernández Madrid | viernes, 08 de abril de 2016 h |

El hecho de que el 80 por ciento de los pacientes que acuden a los centros de salud y dos tercios de los que son atendidos por medicina interna sean crónicos plantea nuevos retos que el SNS deberá ser capaz de resolver. El 8º Congreso Nacional de Atención al Paciente Crónico de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc) y la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) dio respuesta a algunas de estas dificultades, ya que ambas especialidades tienen una dilatada experiencia en el manejo de estas personas.

Pilar Regato, presidenta del Comité Científico del congreso y miembro de Semfyc, explicó a GM que los pacientes que padecen patologías crónicas o que, incluso, son pruripatológicos, pueden tener diabetes, hipertensión, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) u obesidad y, a determinada edad, estar saludables con un tratamiento, educación para la salud y autocuidado. Sin embargo, cuando estas patologías se unen a una situación social o económica complicada, si falta el cuidador o si la persona tiene un problema funcional o cognitivo, se convierten en complejas, incrementando sus necesidades y requiriendo del trabajo conjunto de los servicios médicos y sociales. “Estamos hablando de una atención integral entre lo biológico, lo psicológico y lo social”, incidió.

En ese momento surge la necesidad de que exista coordinación entre la primaria, el hospital y el sistema sociosanitario con el objetivo de que no estén mucho tiempo en urgencias ni ingresados, porque siempre supone un riesgo para su salud.

Antonio Zapatero, vicepresidente primero de la SEMI, por su parte, agregó que la atención al paciente crónico se encamina a que no solo la asistencia social, sino que también la relación con lo social esté integrada. Sin embargo, el hecho de que en muchas comunidades sean consejerías diferentes las responsables de estos dos aspectos hace que la coordinación sea complicada.

Por otro lado, Zapatero lamentó que tras el entusiasmo de los años 2011 y 2012, entre los cambios de gobierno y de las consejerías, el tema de la cronicidad este ahora “un poco parado a nivel nacional”, por lo que pidió la colaboración de todos para darle un nuevo impulso.

Para él, uno de los motivos fundamentales por los que deben tomarse medidas es que múltiples trabajos a nivel nacional e internacional ponen de manifiesto que las personas viven cada vez más años pero no viven mejor, entonces, el objetivo final será dar a cada paciente el tratamiento más adecuado en función de sus condiciones de salud, es decir, centrar la atención en el paciente. “Suena utópico porque pacientes hay muchos, aunque se puedan agrupar en patologías concretas”, apostilló.

Incidió en que lo que verdaderamente se debe derivar de la atención a la cronicidad es el cambio de modelo y ha de empezarse a pensar que se han hecho avances en lo que se refiere a ingresos hospitalarios y consultas, pero ahora hay que centrarse en lo que los pacientes necesitan, pues supone cambiar la forma de trabajar.

Regato apuntó también a la importancia de la estratificación de los pacientes con el objetivo de identificar, sobre todo, al cinco por ciento de personas que están en la cima de la pirámide que son de alto riesgo, pues es fundamental que estén perfectamente identificados. En estos pacientes se suman varias patologías crónicas, suelen ser de edad avanzada y, además, pueden tener una situación familiar complicada, por la que deberán trabajar en su atención distintos profesionales, tanto sociales como sanitarios.

Estudio

Durante el congreso se presentó también un estudio de la Universidad de Castilla-La Mancha que cuantifica en hasta el cinco por ciento del PIB español y hasta 1,3 millones de personas trabajando en la atención a pacientes crónicos dependientes. Este estudio pone de manifiesto la existencia de un ‘gasto oculto’ en la gestión sanitaria de los pacientes crónicos que, generalmente, no aparece en las estadísticas y que, desde el punto de vista del abordaje integral de los cuidados de las personas dependientes, se hace necesario incluir la valoración económica del papel del cuidador principal del dependiente y su reconocimiento social.

Diabetes

La gestión integral del paciente diabético tuvo también un hueco en el encuentro. En la ponencia ‘Soluciones Emminens para la mejora de la eficiencia en la gestión de la diabetes: experiencias implantadas durante el último año’ se puso de manifiesto que pueden reducirse hasta en un 50 por ciento los costes indirectos asociados a la diabetes —absentismo laboral, reducción de la productividad, discapacidad y desempleo— gracias a este abordaje.

Para lograr esta mejora de la gestión, asegura Lars Kalfhaus, director general de Roche Diabetes Care Spain, que se hace necesario un mayor control de la enfermedad por parte del propio paciente.

¿Qué modelos asistenciales son más eficaces? Durante el congreso se dio respuesta a esta cuestión tras revisar las iniciativas propuestas sobre el modelo de atención a la cronicidad iniciado en Toledo en 2008, reforzado con la declaración de Sevilla de enero de 2011 y el posterior desarrollo por parte del ministerio de la Estrategia para el abordaje de la cronicidad en el sistema nacional de salud en el año 2012. Sin embargo, tal y como comentó el vicepresidente de la SEMI, Antonio Zapatero, se han ido implementando de forma desigual en las distintas comunidades autónomas, modelos o proyectos asistenciales en patologías crónicas.

En este sentido, Madrid, Castilla y León, Cataluña, Comunidad Valenciana, Galicia y País Vasco están a la cabeza en materia de despliegue de buenas prácticas en la gestión integral de pacientes crónicos. Estas comunidades destacan en aspectos como, por ejemplo, el apoyo a la toma de decisiones clínicas, los procesos de empoderamiento de pacientes, modelos y planes de prevención y promoción, y en sistemas de financiación de la atención integral de los pacientes crónicos.