Una investigación de la Unidad de Esquizofrenia del Hospital Clínic, dirigida por Miguel Bernardo, y del Laboratorio de Neupsicofarmacología de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense, liderado por Juan Carlos Leza, ha identificado una disregulación periférica de los principales componentes del sistema endocannabinoide en pacientes con un primer episodio psicótico.
Un descubrimiento que podría tener implicaciones tanto antes como después de que aparezca este primer episodio psicótico ya que, por un lado, al estar el sistema endocannabinoide implicado en la fisiopatología de la enfermedad, su disregulación podría ser un biomarcador de psicosis. Y, por otro lado, una vez que se produce este primer episodio psicótico, el sistema endocannabinoide es incapaz de actuar para contrarrestar la inflamación (de acuerdo con la hipótesis inflamatoria de la esquizofrenia) y recuperar de nuevo la homeostasis.
La única “limitación” a este estudio, explica Miguel Bioque, primer firmante del estudio y miembro de la Unidad de Esquizofrenia del Clínic, es que “todos los pacientes de la muestra habían sufrido ya un episodio psicótico”. Un problema que ha abierto una nueva línea de investigación en este grupo de trabajo, que pretende ahora evaluar el estado del sistema endocannabinoide en pacientes de alto riesgo (individuos con padres esquizofrénicos o pacientes que hayan sufrido algún síntoma psicótico que no pueda ser considerado como un primer episodio según los criterios diagnóstico).
Pero ésta no es la única línea de investigación abierta por este grupo de trabajo, que actualmente investiga en otros biomarcadores del sistema endocannabinoide, además de en posibles tratamientos farmacológicos (de momento, han demostrado que el cannabidiol, asociado a un aumento de la anandamida, podría mejorar los síntomas psicóticos). Y no solo eso, sino que están también a la espera de publicar los resultados de un subestudio de la investigación que acaban de publicar en Neuropsychofarmacology, en el que analizan la relación entre el estado del sistema endocannabinoide y la función cognitiva de estos pacientes que acaban de sufrir un primer episodio piscótico.
Uno de los aspectos interesantes del estudio es que ofrece datos científicos que confirman la relación existente entre consumo de cannabis y esquizofrenia, ya que muestra evidencias del papel que tendría el sistema endocannabinoide en la vulnerabilidad de las personas a sufrir cuadros de psicosis e incluso a desarrollar una esquizofrenia. Estos datos apuntan además a la importancia de no separar dos servicios con mucho en común: toxicología y psiquiatría.