La incorporación de la innovación tanto en el campo de los medicamentos como en el de la tecnología sanitaria se ha convertido en un quebradero de cabeza para el sistema sanitario. La Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin) viene denunciando desde hace años la obsolescencia del parque tecnológico del Sistema Nacional de Salud y la necesidad de una apuesta más decididda por las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Los gestores y expertos tratan de justificar esta situación. “La contabilidad pública desincentiva la inversión en innovación”, denunció Ramón González, secretario general de Investigación, Desarrollo e Innovación en salud de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía, durante el encuentro ‘La tecnología sanitaria en el mundo digital’, que organizan Fenin y la escuela de negocios Esade.
El modelo actual no premia que el ahorro que genere un departamento se destine a una función diferente. González cita un ejemplo. “La inversión de un euro en tecnologías sanitarias ahorra otros 20 en bajas laborales a la Seguridad Social”.
El problema para el gerente de Marketing y Desarrollo de Negocio de Ehealth y Nuevos Negocios Digitales de Telefónica, David Labajo, radica en el modo de “medir los retornos”. La evaluación sucede “en un espacio temporal diferente al momento de la inversión y en un periodo electoral distinto”, añadió. La situación requiere un análisis de los costes indirectos. Entre los ejemplos surge la hepatitis C. La adquisición de los antivirales no sólo debería incluir el gasto de los tratamientos, a juicio de Labajo, sino también los ahorros en trasplantes a largo plazo.
Durante su intervención, identificó otras dos causas que justificarían el retraso de España en comparación con otros países de su entorno. Por un lado, los modelos de contratación y su orientación hacia “los resultados en salud”. Por otro, una transformación organizativa “con gestores valientes”.
Métodos de compra
La compra pública innovadora aparece como una solución al problema. “Existe poca información en los aspectos referentes a la compra pública innovadora, un paso más en el área de innovación”, advertía Albert Salazar, director gerente de la Santa Creu y San Pau. Su homóloga en el Hospital 12 de octubre, Carmen Martínez de Pancorbo, coincidió con esta afirmación. “Para la renovación tecnológica se hacen necesarias alianzas que permitan innovar en nuevos modelos de compra”, subrayó Mónica Almiñana, gerente del Hospital Universitario y Politécnico de la Fe.
Para ello deben cambiar las relaciones entre el sector público y la industria. Almiñana insistió en que ambos deben considerarse “aliados”. En este contexto en que deben estrecharse los lazos, Martínez de Pancorbo solicitó más trasparencia.
La situación requiere de un cambio de mentalidad “tanto en los profesionales como en los directivos y en las empresas tecnológicas”, subrayó Salazar, quien entiende que esta evolución pasaría por una apuesta más decidida por la innovación.
Un informe reciente de la consultora McKinsey mantiene aún a España dentro de la media de los países de la Unión Europea en el uso de la e-salud. Nuestro país no ha terminado de alejarse debido a las iniciativas que se han llevado a cabo en la implantación de la historia clínica digital y la receta electrónica. “España ha sido pionera en iniciativas de éxito y ambas han contribuido a fortalecer nuestro sistema de salud y a crear una red de profesionales muy cualificados”, destacó la presidenta del sector eHealth de Fenin, Belén Soto.
Tras la irrupción de la crisis económica, la implantación de la e-salud en todo el territorio nacional se ha visto frenada por la falta de inversión, un mal que ha afectado en todos los capítulos de la Administración. Sin ir más lejos, el objetivo de la anterior ministra de Sanidad, Ana Mato, es que la historia clínica digital, la receta electrónica y la tarjeta sanitaria pudieran ser interoparebles en la pasada legislatura.
“Nos enfrentamos al reto de retomar el ritmo perdido con respecto a otros países de nuestro entorno en cuanto a la transformación de los sistemas de salud implementando herramientas TIC”, insistió Soto. En 2015, la inversión de las comunidades autónomas en salud ha decaído. El pasado año representaron un 1,26 por ciento de sus presupuestos, frente al 1,27 por ciento de 2014. En un periodo en que la mayoría de las regiones han aumentado sus partidas para sanidad, supone que el gasto en este tipo de tecnologías ha descendido un 1,44 por ciento. Pese a esta circunstancia, el gasto por persona protegida se ha mantenido. El año pasado ascendió a 14,32 euros.
Esta cantidad no es suficiente para Fenin. Es necesaria una mayor inversión en tecnología de proyectos y servicios innovadores pues contribuyen de manera relevante al crecimiento de nuestro tejido industrial en un sector tan estratégico”, insistió Soto.
Ante esta situación, Soto reclamó la puesta en marcha de una estrategia nacional de e-salud, una necesidad sobre la que ha advertido incluso la Organización Mundial de la Salud. Comunidades autónomas como Cataluña han decidido tomar las riendas y ya han puesto en marcha un plan propio, como puso de manifiesto el director gerente del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau.
La Fundación del Instituto para el Desarrollo y la Integración de la Sanidad (IDIS) ha creado su propio Comité de Innovación con el objetivo de facilitar la incorporación de la innovación mediante fórmulas de colaboración entre las empresas aseguradoras y hospitalarias, así como a la propia industria tecnológica y farmacéutica.
“El objetivo es tender puentes entre todos los agentes implicados facilitando la interacción, las sinergias y complementariedades que tienen como denominador común una gestión y compartición adecuada del conocimiento generado”, señaló el presidente de esta institución, Adolfo Fernández-Valmayor, durante el encuentro ‘La tecnología sanitaria en el mundo digital’, que organizaron la patronal de empresas de tecnología sanitaria Fenin y la escuela de negocios Esade. Fernández-Valmayor subrayó que se trata de un “Pacto por la Innovación” , cuyo fin es involucrar a todos los agentes. “Es la mejor forma de velar por la mejora asistencial de todos nuestros pacientes, favoreciendo de esta forma la utilización de toda la innovación disruptiva e incremental que se genere como herramienta básica de desarrollo y mejora de la salud y el bienestar de nuestra sociedad en su conjunto ” , añadió. El sector hospitalario privado trata también de avanzar en la aplicación de las TIC con la puesta en funcionamiento de una historia digital única.