C. S. Madrid | viernes, 23 de octubre de 2015 h |

La leucemia linfática crónica (LLC) es el tipo de leucemia más frecuente en España —3,7 casos por cada 100.000 habitantes—. Suele diagnosticarse a en torno los 65 años y es el doble de habitual en hombres que en mujeres.

Las opciones disponibles hasta ahora eran agresivas y, además, no todos los pacientes eran buenos candidatos debido a las comorbilidades que presentan o a la falta de tolerabilidad al tratamiento. Este es el perfil del paciente con LCC que más se puede beneficiar de obinutuzumab, comercializado por Roche como Gazyvaro, tal y como expuso el jefe del Servicio de Hematología del Hospital Vall d’Hebron, Francesc Bosch, quien explicó que este es el primer anticuerpo monoclonal diseñado por glicoingeniería y que “ya está siendo investigado para el abordaje de otros tumores de la sangre, como el linfoma no Hodgkin”.

El hecho de que haya sido modificado por glicoingeniería hace que seleccione mejor la diana y pueda eliminar mejor las células tumorales.

Sobre los beneficios de este medicamento, resaltó que quienes reciben este fármaco por primera vez consiguen estar más de tres años sin recibir tratamiento y, aparte, ven cómo se reducen las posibilidades de que la enfermedad progrese.

A su vez, Javier de la Serna, hematólogo del Servicio de Hematología del Hospital Doce de Octubre, indicó que el estudio CLL11 se había realizado a nivel mundial y contó con la participación de 39 hospitales, unos 780 pacientes (109 españoles). Por un lado, hubo un grupo que recibió el tratamiento estándar hasta el momento (clorambucilo), un segundo grupo tratado con rituximab (el antecedente de obinutuzumab) combinado con clorambucilo y un tercer grupo que recibió la combinación de obinutuzumab y clorambucilo.

Los resultados de eficacia fueron los esperados y en ellos se vio una ventaja en supervivencia “muy clara” en el tercer grupo, aseguró De la Serna, puntualizando que se redujo el riesgo de progresión o muerte en un 61 por ciento en comparación con el segundo grupo. “Alrededor de un 40 por ciento de los pacientes con LLC (unos 450 casos al año) pueden beneficiarse del fármaco en España y eso supone respuestas más prolongadas y más profundas”, concluyó Bosch.