T. Martínez Santiago de Compostela Pregunta. En el programa científico ocupa un lugar predominante la farmacogenética, ¿por qué? R. Hasta ahora ya trabajamos con la personalización en cuanto a la elaboración, pero nos quedaba la individualización desde el aspecto clínico. La eficacia media de los medicamentos es del 50 por ciento, es decir, queda un margen, y observamos que al incorporar la variabilidad genética mejoramos el seguimiento de los pacientes y en eficacia y seguridad. En un medio plazo sería deseable que el farmacéutico trabajase en unidades colaborativas con otros profesionales en la aplicación de la farmacogenética en la utilización de medicamentos. P. ¿Y esta información genética se está impulsando? R. Hay marcadores o biomarcadores genómicos que están validados e incluso recogidos en las fichas técnicas de los medicamentos, y hay otros de los que hay información pendiente sin validar, es un camino que se está recorriendo. Hay muchos marcadores que ya se están utilizando en oncología para cáncer colorrectal, en muchos tipos de leucemia, en cáncer de mama, quizás en otros tengamos todavía que incorporarlos y por eso tenemos que trabajar en protocolización junto a otros profesionales, para que se incorporen lo antes posible. P. Desde el punto de vista científico, ¿qué otras novedades aporta el congreso? R. Yo destacaría la mesa de terapias avanzadas en la que se ha hablado sobre las terapias génicas y celulares, que son también terapias emergentes que van a cubrir lagunas y áreas terapéuticas de enfermedades que hasta ahora no tenían tratamiento claro. En este momento, ya hay algunos ejemplos, por ejemplo, la utilización de condrocitos en enfermedades reumáticas. P. El programa científico gira en torno a cuatro ‘P’. La primera de ellas es la participación. R. Sí, participación en todo, desde la gestión a una visión de trabajo en equipos clínicos, hasta la interacción junto al paciente dentro del sistema sanitario. P. Hablemos de las otras tres. Personalizada. R. Aborda todos los aspectos en este sentido como el aumento de la personalización a través de fórmulas magistrales. Por ejemplo, hay mucha formulación pediátrica y gracias a ella cubrimos lagunas terapéuticas de adaptación de medicamentos para niños, pero también en dermatología o en oftalmología donde hay mucha formulación de preparaciones de colirios adaptados a un tipo de infección muy concreta… P. La tercera sería la preventiva. R. Prevención desde la seguridad. El reto ahora en seguridad es gestionar los riesgos, identificarlos en los procesos y ser capaces de gestionarlos en cada una de las etapas. Queda mucho recorrido porque la prevención estaba centrada fundamentalmente en la notificación de errores, en el punto final, pero no en un análisis de procesos y en la evaluación de los riesgos en cada una de las etapas. Yo creo que es más proactivo trabajar en gestión de riesgos que en notificación de errores. P. Y, finalmente, la ‘p’ de predictiva. R. El farmacéutico, por su bagaje y formación profesional y académica, es un técnico del medicamento, y en este sentido puede colaborar en la interpretación de la información. Por ejemplo, si en un análisis de información de farmacogenética vemos que un paciente es un mal metabolizador de un medicamento, podemos buscar alternativas al conocer qué otros medicamentos pueden tener ese perfil metabolizador y que no serían adecuados con el paciente. | viernes, 21 de octubre de 2011 h |