carlos b. rodríguez Madrid | viernes, 17 de abril de 2015 h |

Después de tres años sin querer tocar una coma del Real Decreto-ley 16/2012, la llegada de Alfonso Alonso y Rubén Moreno al Ministerio de Sanidad ha traído consigo anuncios de revisión de algunas de las medidas más polémicas adoptadas por Ana Mato: copago hospitalario, vacuna de la varicela, asistencia sanitaria a inmigrantes en Atención Primaria… ¿Un nuevo rumbo para la sanidad o meros anuncios electorales?A falta de que dichos anuncios dejen de ser meras palabras para convertirse en hechos palpables, la oposición en el Congreso de los Diputados se decanta por la segunda opción.

Así lo manifiestan los portavoces de Sanidad del PSOE, CiU, PNV y UPyD. “Mientras solo sean anuncios, son electoralistas”, asegura Concepciò Tarruella, de CiU. “Evidentemente que tienen que ver. Tanto con las elecciones como con el sentido común”, matiza su homólogo del grupo vasco, Joseba Agirretxea. La oposición no cree haber recibido, ni del Gobierno ni del PP, respuestas convincentes a la pregunta de por qué medidas que durante tres años han sido válidas de repente ya no valen. UPyD ha solicitado, incluso, la comparecencia del ministro. Su portavoz, Rosa Díez, afirma:“El Gobierno ha utilizado la sanidad como un elemento electoralista en lugar de un bien básico de la ciudadanía”.

El ejemplo más claro, para todos, es el anuncio de la recuperación de la atención primaria (que no de la tarjeta sanitaria) para los inmigrantes irregulares. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, volvía a insistir en la practicidad de la medida en la última sesión de control: “Muchas personas iban a urgencias para algunos asuntos que no tenían que ver propiamente con ellas y en muchas comunidades los atienden en los centros de atención primaria; queremos que se funcione de la misma manera en todas partes, igual que ocurre con la tarjeta sanitaria. Para ello habrá una reunión en próximas fechas entre el ministro de Sanidad y los responsables de sanidad de las comunidades”.

Pero también está el ejemplo del copago hospitalario que nunca se llegó a aplicar en las autonomías. “Si lo que quieres es no aplicarlo, entonces tienes que modificar la normativa”, recalca el portavoz de Sanidad del PSOE, José Martínez Olmos.

¿Más anuncios?

Si los cambios hasta ahora tienen como objetivo las inminentes elecciones del 24 de mayo, ¿esperan entonces los grupos nuevos anuncios de cara a los comicios generales?De nuevo, unanimidad. “No es descartable, desde luego. La sanidad es un elemento que va a estar en el debate electoral”, apunta el portavoz de Sanidad del PSOE. “El mercadeo electoralista con la que el PP ha manejado la sanidad tanto a nivel nacional como autonómico hace pensar que cualquier cosa es posible”, añade Rosa Díez.

Tarruella y Agirretxea coinciden con ellos: “Todo lo que suponga acercarse a posiciones más racionales y más demandas por la mayoría social y política son susceptibles de modificación. En cualquier caso, damos la bienvenida a las rectificaciones encaminadas a derogar el RDL 16/2012”, dice el portavoz vasco. CiU lanza una propuesta:topes mensuales de copago farmacéutico para todos los enfermos crónicos, cuyo gasto mensual puede llegar a superar los 70 euros y ser difícil de afrontar.

No obstante, difícilmente cualquier futuro anuncio de cambio puntual satisfacerá a la oposición, que lleva tres años pidiendo la derogación del RDL 16/2012. Tarruella, por ejemplo, es partidaria de dotar de un nuevo funcionamiento al Consejo Interterritorial, que fortalezca el Estado de las Autonomías, en contra de lo que, a su juicio, pretende el Gobierno. “Están intentando recentralizar los servicios sanitarios, cosa que no es buena”, apunta. En la misma línea se dirige la valoración del Grupo Vasco en el apartado de similitudes entre las gestiones de Mato y Alonso: “el afán recentralizador del Ministerio y de todo el Gobierno Rajoy y la utilización del Interterritorial como instrumento legitimador para la instauración de políticas invasoras de competencias ha sido denunciada por nuestro grupo reiteradamente”, dice Agirretxea, que insiste en la ya criticada modificación de la gestión del gasto farmacéutico de las comunidades a través de la Ley de Financiación.

Igualmente, es del todo improbable una reforma “de raíz” como la que promueve UPyD desde su nacimiento. “Somos el único partido que solicita que la competencia de sanidad sea devuelta al Estado —señala Díez—. No es posible que a estas alturas los ciudadanos españoles tengan numerosos problemas para acudir a un médico de Atención Primaria o especialista en una comunidad diferente a la que residen, por ejemplo, cuando están de vacaciones o ese especialista es referente en un tipo determinado de enfermedad, o que en función de la comunidad autónoma se tenga derecho a prestaciones sanitarias que en la comunidad de al lado no”.

Balance inmutable

La opinión de los tres años de reforma sanitaria no ha menguado. Las críticas de la oposición acumulan menciones sobre una sanidad menos gratuita, menos accesible y menos universal, con menciones especiales hacia el copago farmacéutico por renta; la exclusión de inmigrantes indocumentados y nacionales mayores de 26 años que no hayan cotizado; y la disminución de las prestaciones en dependencia y servicios sociales… Todo, además, sin solucionar los problemas estructurales del SNS ni clarificar los ahorros exactos que ha deparado la reforma hasta el momento, más allá del copago farmacéutico.

“Hasta ahora, la reforma sanitaria ha sido la crónica de un descontrol absoluto. No se ha conseguido ni uno de los objetivos del Gobierno, y en su lugar, el déficit acumulado arroja 20.000 millones de euros en tres años, una situación que se ha venido solventando con el FLA, pero que no deja de ser un préstamo”, resume Martínez Olmos.

La llegada de Alonso y Moreno ha traído consigo anuncios de revisión de las medidas más polémicas

Las críticas de la oposición acumulan menciones sobre una sanidad menos gratuita, menos accesible y menos universal