Existen múltiples barreras a la hora de conseguir una interoperabilidad real entre todos los actores del sistema sanitario, que van desde el punto de vista legal al cultural o al tecnológico, entre otros, tal y como explica a GACETA MÉDICA el presidente del Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS), Adolfo Fernández-Valmayor. En este sentido, explica que dentro del sector privado algunos grupos hospitalarios y aseguradoras han llevado a cabo iniciativas que favorecen la disponibilidad de la información, pero incide en la importancia de sumar esfuerzos entre todos, independientemente de si la provisión es pública o privada, y de involucrar a ambos sectores.
Pregunta. ¿En qué situación se encuentra actualmente la interoperabilidad en el Sistema Nacional de Salud?
Respuesta. En el marco internacional existe un consenso en la necesidad de desarrollar un modelo de interoperabilidad y así se refleja en el informe desarrollado por la Fundación IDIS. España ha avanzado en el desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación (TICs) en el ámbito sanitario. Y se pueden destacar proyectos como la Agenda Digital para España, el proyecto de Historia Clínica Digital del SNS o la receta electrónica. Desde el sector privado se han llevado a cabo iniciativas orientadas a favorecer al paciente la disponibilidad de su información clínica.
P. ¿Cuáles son las principales dificultades a las que se enfrenta?
R. Existen barreras legales y culturales, organizativas, económicas, operativas y tecnológicas. En relación a las legales, por ejemplo, la legislación hoy no contempla entregar información clínica a los pacientes de forma sistematizada, sino que ésta debe ser solicitada previamente al proveedor de salud.
P. ¿Qué beneficios genera?
R. Fundamentalmente, para el paciente, ya que tener su información clínica le permitirá adquirir un rol más activo en el cuidado de su salud y en la gestión de su enfermedad. También para los profesionales, facilitando la coordinación asistencial y la atención clínica, y para el sistema, por la mejora en la eficiencia de los procesos clínicos.
P. ¿Se está trabajando lo suficiente en este ámbito?
R. En el sector privado algunos grupos hospitalarios y aseguradoras han llevado a cabo iniciativas que favorecen la disponibilidad de la información, a través de carpetas personales de salud o portales específicos. Se puede hacer bastante más, pero es clave sumar esfuerzos independientemente del lugar de la provisión en el que nos encontremos (público o privado). Por ello en el proyecto de interoperabilidad de la Fundación IDIS se involucrará a ambos sectores.
P. IDIS propone un sistema que permite que el paciente aporte su historia en el sitio en el que esté, interoperable entre todas las regiones y válido para centros públicos y privados, ¿En qué consiste? ¿Qué ventajas tiene?
R. Sí, hemos apostado por un modelo que en su fase inicial tenga, como principal foco de actuación, favorecer la disponibilidad de la información clínica cuando y donde se necesite. En las fases posteriores, IDIS espera que la mayoría de los pacientes hayan adoptado el modelo, que los proveedores sanitarios se hayan sumado a la iniciativa y que la industria tecnológica haya aportado soluciones que faciliten los procesos. Este modelo permitirá reforzar la coordinación entre los distintos niveles asistenciales, facilitará la movilidad del paciente y mejorará la eficiencia de los procesos.
P. Alguna región se habría ofrecido a pilotar este proyecto, ¿tienen ya algún resultado?
R. Estamos ahora en fase de pilotaje con varios operadores del sector asistencial y asegurador privado. Si todo funciona y se confirman los beneficios, se incorporarán nuevos agentes de salud del sector sanitario público y privado. La Comunidad de Madrid se encuentra involucrada participando activamente en las reuniones del grupo de trabajo interdisciplinar.
P. ¿Qué pasos quedan pendientes por dar?
R. Tenemos previsto culminar la fase de pruebas y lanzar la iniciativa procurando sumar a más agentes del sector. La disponibilidad y acceso a la información generará un ahorro en el consumo de recursos sanitarios (evitando duplicidades y disminuyendo los tiempos de demora). Creemos que ésa es precisamente la fórmula: garantizar la accesibilidad a la información clínica y favorecer que el propio ciudadano la comparta cuándo y con quién decida.