Cardiología/ VII Simposio Internacional de Terapia Celular e Innovación Cardiovascular
br
La técnica, probada en ratones, consiste en someter el órgano a un lavado enzimático y repoblarlo después con células madre del receptor
Un estudio con células mesenquimales demuestra que son una opción válida en el tratamiento del fallo isquémico crónico
E. S. c.
Madrid
La posibilidad de disponer, en unos 10 ó 15 años, de corazones bioartificiales, reconstruidos con células madre del paciente a partir de corazones de cadáver, no es una utopía, sino una realidad. Investigadores españoles del hospital Gregorio Marañón de Madrid dirigidos por Francisco Fernández-Avilés, jefe del Servicio de Cardiología, han conseguido dar el primer paso para la creación del primer órgano de este tipo en el mundo.
La técnica se basa en un proceso similar al empleado en un trasplante de tráquea sin inmunosupresión realizado por primera vez en el mundo en el Hospital Clínic de Barcelona en noviembre de 2008 y que consiste en someter este órgano a un lavado enzimático para eliminar las células del donante para, posteriormente, y a partir de esta matriz, repoblarlo con células madre del receptor para que se regenere.
“Ahora sabemos que es posible extraer un corazón de cadáver, eliminar sus células originales con detergente y reconstruirlo a partir de las células madre del paciente que, al ser del propio enfermo no sufrirán rechazo. Está probado en animales y si funciona en humanos, se podría crear un banco de estos corazones”, apunta.
Fue la doctora de la Universidad de Minnesota (EEUU) Doris Taylor, quien consiguió, hace dos años, que uno de estos corazones funcionara en un ratón. El siguiente paso lógico ha sido intentarlo en humanos. Gracias al proyecto de investigación Sabio (Scaffolds and bioartificial organs for transplantation) financiado con 700.000 euros por el Ministerio de Ciencia e Innovación en colaboración con grupos de investigación de otros países, este supuesto se ha hecho realidad.
Y es que, contrariamente a lo que en un principio se pensaba, el corazón tiene capacidad de regenerarse y es posible potenciar este proceso con el uso de células madre, en este caso procedentes de la médula ósea. Es esta capacidad del corazón la que posibilita la creación, en un futuro no muy lejano, de corazones biomecánicos o, previamente obtener válvulas o músculo.
Estudio Precise
En el simposio también se presentaron los datos del Precise, que es el nombre que se le ha dado a la investigación que compara la eficacia de las células de la grasa frente a placebo en pacientes muy incapacitados por fallo isquémico crónico del corazón en los que no existe ninguna opción terapéutica.
Los resultados de este estudio han demostrado que, a pesar de la enorme gravedad del caso, un paciente de 67 años con enfermedad de las arterias coronarias que le había provocado fallo de la bomba debido a una insuficiente irrigación, se puede aplicar el procedimiento con total seguridad y tiene un efecto positivo sobre la evolución de los pacientes.
La grasa se obtiene por liposucción y se procesa inmediatamente a la cabecera del paciente con un dispositivo especial selecciona las células madre que hay en la grasa, de tal manera que, unas dos horas después de la liposucción, estas células están ya preparadas para poderse inyectar en la parte enferma el corazón de los pacientes.
“La escasez de donantes obliga a ‘reinventar’ el trasplante cardiaco y a perfeccionar las estrategias de reparación y sustitución parcial o total del corazón”, comenta Fernández-Avilés, director del simposio. En su opinión “a largo plazo la gran esperanza está en las llamadas células IPS (induced pluripotent Stem cells, o células madre adultas reprogramadas pluripotentes), ya que tienen una plasticidad equivalente a las de las embrionarias, pero sin el riesgo de rechazo. Sin embargo la eficacia y seguridad de estas células requiere todavía años de investigación en animales y humanos”.
Sobre las células adultas ya disponibles entiende que la apuesta está fundamentalmente en las células del tejido adiposo. “Los resultados del estudio Precise sientan las bases para el desarrollo de estudios clínicos a gran escala”. Éstos ponen de manifiesto que la grasa es una fuente excelente de células madre mesenquimales, que pueden obtenerse con gran facilidad, son fáciles de purificar y cultivar y tienen una excelente capacidad de regenerar el tejido vascular del corazón. Los datos del Precise son consistentes con observaciones realizadas en modelos animales que demuestran que las células madre derivadas de la grasa resultan beneficiosas en la reparación de corazón con isquemia crónica porque producen nuevos vasos.