c. ossorio Barcelona | viernes, 31 de mayo de 2013 h |

El poloxámero 407 es un gel soluble que solidifica a temperatura corporal, y su uso constituye una novedad en la resección de tumores del corpúsculo carotídeo o paragangliomas.

El Hospital Universitario de Valladolid lo está utilizando de forma pionera en España para la embolización temporal durante la intervención quirúrgica, y además de publicarlo en la revista Journal Vascular Surgery para darlo a conocer a nivel internacional, lo presentó durante el Congreso de la Seacv, celebrado en Girona.

Carlos Vaquero-Puerto, director del Departamento de Cirugía, jefe del Servicio de Angiología y Cirugía Vascular y director del Laboratorio de Investigación Quirúrgica del centro, explica que estos tumores, benignos, sangran mucho durante su extirpación, y la aplicación del poloxámero, reduce la hemostasia y facilita la cirugía.

El compuesto se inyecta en la arteria que nutre el tumor y las estructuras del cuello y se mantiene sólido con la temperatura corporal, impidiendo el paso de la sangre durante el proceso quirúrgico, lo que permite una cirugía más precisa y limpia.

Posteriormente, se enfría la zona refrigerándolo con hielo, se diluye y pasa a la microcirculación para ser excretado por la orina.

Vaquero indica que en la actualidad, ya han realizado cinco intervenciones con el poloxámero y han comenzado a utilizarlo como pauta de rutina en el servicio de Cirugía Vascular.

La alternativa a este procedimiento es cerrar esos conductos vasculares de forma permanente en una operación anterior a la resección tumoral, con lo que se corre el riesgo de embolizar otras zonas, o de que el tumor se desplace. Sin embargo, con la nueva técnica, sólo es necesaria una intervención en la que se puede extirpar el tumor en su totalidad.

En este punto, el experto puntualiza que “es un tumor que se comporta bien si se resecciona completamente, pues si quedan restos se reproduce y hay un riesgo hipotético de que pueda malignizar.

Este equipo había utilizado este gel previamente para tratar las arterias calcificadas, y en un futuro próximo pretende ampliar su indicación para utilizarlo en los accesos arterio-venosos de hemodiálisis, en conductos muy pequeños.

Estenosis de arteria renal

Uno de los temas debatidos durante el congreso fue la idoneidad o no del tratamiento conservador versus el invasivo en estenosis severa de arteria renal.

Secundino Llagostera, Jefe de Servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Universitario Germans Trias i Pujol de Badalona, participó en esta discusión en la que “no se pudo concluir nada concreto”, si bien parece claro que la actitud terapéutica invasiva queda reservada a casos muy concretos, sobre todo en pacientes seleccionados con estenosis en la que no sólo se quiera preservar la función renal, para evitar que el paciente termine en diálisis, sino también intentar mejorar la hipertensión secundaria.

En este sentido, cabe destacar que en la mayoría de los casos se realiza cirugía endovascular, pues la cirugía abierta directa sobre la arteria renal ya sólo tiene una indicación muy expresa en casos de cirugía concomitante sobre aorta.

También pueden beneficiarse del abordaje invasivo los pacientes con hipertensión refractaria, que con cuatro fármacos, uno de ellos un diurético, no logran controlar la enfermedad.

La denervación renal mediante radiofrecuencia, una intervención que aún debe demostrar su eficacia a largo plazo, no se emplea en estos casos ya que está indicada para pacientes con HTA “esencial”, y no secundaria a una estenosis de arteria renal.

A este respecto, Llagostera señaló que, a pesar de que los pacientes trasplantados tienen un riñón denervado, el 90 por ciento de ellos son hipertensos, por lo que “tiene que haber muchos factores que desconocemos”, puntualiza.

En lo referente al tratamiento conservador con fármacos, el experto señala que estaría indicado en pacientes con estenosis no sean críticas, inferiores al 60 por ciento. En estos casos, la pauta se basa en antiagregantes, estatinas, y fármacos antihipertensivos como los antagonistas de los receptores de angiotensina II (ARA II).

En cualquier caso, Llagostera hizo referencia al estudio multicéntrico randomizado Coral (Cardiovascular outcomes in renal atherosclerotic lesions), actualmente en marcha, que compara el tratamiento revascularizador con el tratamiento médico en más de 1.000 pacientes y se espera que arroje luz sobre el tratamiento revasculizador.

El poloxámero 407 se inyecta en la arteria que nutre el tumor y las estructuras del cuello

El tratamiento conservador parece indicado en pacientes con estenosis no críticas

En la actualidad, la utilización generalizada de los grandes avances en las técnicas endovasculares se enfrenta al reto de superar las barreras de contención de gasto que impone la actual coyuntura económica. Juan López Palencia, co-presidente del congreso, se refirió a “la preocupación que existe entre los especialistas por la gestión de los recursos: concentración de los procesos de alta complejidad en hospitales de excelencia, los costes de atender a pacientes diabéticos, la cirugía endovascular interactiva, y la dependencia en pacientes de edad avanzada”.

A juicio de Francisco Lozano, presidente de la Seacv, es necesario discutir “en torno a las nuevas fórmulas de gestión de los recursos sanitarios que están surgiendo en la actualidad y que tratan de garantizar el acceso equitativo a las nuevas técnicas diagnósticas y quirúrgicas, pero también la sostenibilidad del sistema sanitario”.

La concentración de las cirugías vasculares de alta complejidad en centros de excelencia fue otro de los temas abordados por la cúpula directiva del congreso. “Es lógico que los procedimientos poco frecuentes y difíciles se realicen en los centros mejor dotados, en aras a obtener mejores resultados, pero llevarlo a la práctica requiere numerosas definiciones, empezando por qué se considera alta complejidad y acabando por cómo se evalúan los resultados”, declara Ramón Vila, jefe del Servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Universitario Bellvitge de Barcelona y presidente del Capítulo de Diagnóstico Vascular de la Seacv. En este sentido, Lozano señaló que la planificación óptima pasa por la realización de un plan estratégico que permita la concentración de patologías e intervenciones de forma ordenada.