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La competencia para realizar técnicas diagnósticas y terapéuticas o para usar e indicar fármacos forma parte del contenido formativo de las especialidades enfermeras, sin que ello equivalga a ninguna atribución profesional. Con este argumento, la Audiencia Nacional ha desestimado el recurso contencioso administrativo interpuesto por la Organización Médica Colegial (OMC) contra el programa formativo de la especialidad de Enfermería Familiar y Comunitaria, que alegaba que mediante éste podrían adquirir competencias que no corresponden a su título, sino que son exclusivas de médicos y odontólogos, como la realización de diagnósticos y el tratamiento terapéutico.
La sentencia, sin embargo, hace suyos los alegatos del Consejo General de Enfermería (CGE) y del Ministerio de Sanidad —a través de la Abogacía del Estado— confirmando, como ya hizo con el recurso interpuesto contra la especialidad de Enfermería Geriátrica, la legalidad del plan formativo pues considera que “ciñe su contenido a la formación especializada, no a la regulación de la profesión”. Además, recalca que las competencias diagnósticas “no pueden entenderse fuera del contexto formativo y de las normas que delimitan los ámbitos competenciales de cada profesional”, por lo que no se están atribuyendo al enfermero facultades prescriptoras aunque recuerda que la reforma de la Ley del Medicamento de 2009 otorga a estos profesionales la facultad para “participar en la prescripción de determinados fármacos”.
También apunta que, dado que el enfermero tiene la atribución de dirigir y evaluar los cuidados de su ámbito, “no debe resultar extravagante que tengan una formación en este sentido, incluidas las aptitudes para discernir entre el cuidado enfermero pertinente y las técnicas terapéuticas equivalentes”.
Para el CGE la sentencia tiene “importantísimas consecuencias” para la calidad del SNS y para la seguridad de los pacientes pues, tal y como reconocen las autoridades sanitarias nacionales e internacionales, las enfermeras de familia son un “pilar fundamental” para una sanidad basada en la asistencia de los ciudadanos a través de la atención primaria.