| lunes, 29 de julio de 2013 h |

El Servicio de Angiología, Cirugía Vascular y Endovascular del Hospital Universitario Doctor Peset ha utilizado por primera vez en España una técnica novedosa de cirugía endovascular mínimamente invasiva para tratar a un paciente al que se le había colocado una endoprótesis para reparar un aneurisma de aorta abdominal. La prótesis presentaba una fuga a través de una arteria digestiva, lo que se conoce como endofuga, provocando que siguiera habiendo flujo sanguíneo y, por tanto, existiendo la posibilidad de que el anuerisma continuara creciendo.

Según explica Eduardo Ortiz, jefe del Servicio de Angiología, Cirugía Vascular y Endovascular del Hospital Universitario Doctor Peset, este problema “se trata de la eventualidad más común tras una reparación endovascular de un aneurisma de aorta (entre un 10 y un 20 por ciento de los pacientes las sufren), que se ocasiona cuando una arteria cercana permanece permeable tras la intervención y sigue pasando flujo sanguíneo por el saco aneurismático. De hecho, aunque en la mayoria de casos son benignas y no requieren tratamiento, deben vigilarse porque en algunos puede provocar que el diámetro del aneurisma aumente”.

El tratamiento de las endofugas, aunque se puede corregir en el 95 por ciento de los casos de forma poco invasiva, es complejo puesto que depende de la anatomía del paciente y de las propias características estructurales de la fuga. Las técnicas habituales de embolización de las arterias que provocan la fuga consisten en la cateterización de las mismas y la colocación de filamentos metálicos (coils), pegamentos u otras sustancias pro-coagulantes. Estas técnicas se realizan entrando a través de la arteria femoral (en la ingle) o subclavia (desde el brazo) para llegar hasta la arteria responsable de la fuga y poder taparla. En otras ocasiones se emplean punciones percutáneas a través de la espalda o el abdomen.

En el caso del Hospital Universitario Doctor Peset, se ha optado por usar una técnica novedosa en España que ha permitido tratar la endofuga entrando en el aneurisma justo en la zona en la que la endoprótesis se apoya sobre la arteria para alcanzar la fuga y solucionarla. La dificultad está en introducir el catéter entre la prótesis y la arteria pero, una vez logrado el acceso a la zona a tratar, esta técnica permite la resolución del problema de forma más simple y eficaz. Además, al tratarse de cirugía mínimamente invasiva, se facilita la recuperación del paciente.