CAFÉ DE REDACCIÓN/ Fundación Salud 2000 – Encuentro Marzo 2011
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Marta Dueñas
Gaceta Médica
Nuestro Sistema Nacional de Salud (SNS) se enfrenta a nuevos desafíos que exigen eficiencia en la gestión de los recursos disponibles. Ésa fue la reflexión que marcó el punto de partida del XXIV Encuentro Salud 2000, celebrado recientemente en Madrid bajo el lema “Nuevos retos y expectativas en la gestión sanitaria”. Un encuentro que organizan conjuntamente la Fundación Salud 2000 y Fundamed, y que reunió, en esta ocasión, a responsables políticos de distintas autonomías que son un referente del panorama sanitario en nuestro país. El objetivo no era otro que, desde su experiencia, reflexionar sobre la nueva situación a la que se enfrenta el SNS y los cambios que requiere para adaptarse a las nuevas necesidades de la población.
Todos los expertos coincidieron en que el SNS no da más de sí y que, al margen de la crisis económica, los cambios sociales acontecidos hacen necesario una gran reforma.
Y es que el crecimiento demográfico y el envejecimiento de la población han provocado un aumento de la demanda que, junto a la incorporación de nuevas tecnologías, han inflado la cartera de servicios sanitarios. Un nuevo contexto que, además, tal y como apuntó Olga Rivera, viceconsejera de Calidad, Investigación e Innovación sanitaria del País Vasco, se ha visto acentuado por un mayor peso de los pacientes crónicos. Enfermos que, por otra parte, acaparan la mayor parte del presupuesto sanitario y con exigencias diferentes al enfermo agudo que orientó el diseño actual del SNS.
Nos encontramos así ante un nuevo panorama marcado por unas características que han obligado a aumentar el gasto sanitario durante estos últimos años. Exigencias a las que el SNS, ha podido responder hasta ahora. Pero ¿por cuánto tiempo más podrá hacerlo? Parece que nos encontramos ante un punto de inflexión.
A este respecto, Luis Rosado, director gerente de la Agencia Valenciana de Salud, incidió en la idea de que el SNS ha tocado fondo. Su barrera vendría dada por las limitaciones financieras a las que que, fruto de la descentralización del modelo, hacen frente las autonomías de forma independiente y que, considera, resultan insuficientes. Por ello, pese a que aseguró que es un paso que debe valorar la Administración pública, lanzó la idea de que “un modelo de gestión privada puede ser más coste-eficiente”.
El cambio: una necesidad real
Entre todos los elementos que componen el SNS, según Enrique Sánchez de León, ex ministro de Sanidad y Seguridad Social y patrono de la Fundación Salud 2000, lo que urge es priorizar las reformas en materia de financiación. Y, en concreto, en el presupuesto sanitario y su origen. En este sentido denunciaron una desacertada base de financiación, fundamentada en la recaudación de impuestos. Un mecanismo ineficiente pues, aseguraron, imposibilita aumentar el presupuesto por ser un tema siempre sujeto al conflicto político.
Una vez acordada la necesidad de actualizar nuestro SNS, los expertos quisieron ir más allá, delimitando el campo de actuación sobre el que desarrollar este proceso. Así, mientras Rivera optó por una transformación que se origine en las autonomías, Sánchez de León apostaba por emprender el proceso desde el nivel central.
Sea como fuere sobre la dirección en la que emprender la reforma, si bien ya hay acuerdos comunes entre las autonomías en relación a la cronicidad o la horizontalización de la información, Rosado insistió en continuar esta línea de trabajo transversal para llevarla hasta otros niveles que, indicó, “vertebran el SNS” como son los recursos humanos o la productividad.
Mientras se hacen viables más alianzas a gran escala, las autonomías ya han empezado a jugar sus cartas. En este sentido, tal y como defendió Rivera, “no hay que limitarse a la idea de que hay que tocar la factura farmacéutica, tocamos muchas más” aclaró. Si se hace, explicó, es por su rápido impacto en los resultados y por una necesidad de revisión de la prescripción médica que, aseguró, “tiende a automatizarse”, pasando por alto la opción de los genéricos.
Además, los participantes respaldaron una idea más: la sostenibilidad del SNS pasa por concienciar a la población. Y es que, pese a la idea que asocia en la actualidad el aumento de la calidad de la salud con las características del SNS, Rivera especificó “el 75 por ciento de este indicador está marcado por el nivel socioeconómico, por las condiciones ambientales y por la carga genética”.Unos pacientes a los que, por ser los beneficiarios directos de las prestaciones, es necesario concienciar y sobre los que hay que centrar las reformas del sistema.
Además, Ramón Gálvez, director gerente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam), destacó el papel de los profesionales sanitarios que, aseguró, hoy son los que manejan directamente los recursos sanitarios y los que adoptan una u otra tendencia y racionalización de su uso.
Para los expertos, conseguir esa ineludible eficiencia pasa, también, por disminuir la variabilidad, así como por garantizar la continuidad de las medidas. Sin ello, aseguró Rosado, “es imposible desarrollarlas ni hacerlas evolucionar” al ritmo de la sociedad.