| lunes, 28 de marzo de 2011 h |

Dr. Bartolomé Beltrán, director de Prevención y Servicios Médicos del Grupo Antena3

Ahora resulta que el modelo público más emblemático de la historia de la sanidad, el Servicio Nacional de Salud británico (National Health Service, NHS) ha venido a España a copiarnos el modelo Alzira. Bueno, en realidad, lo que quieren es aprender el modelo pero no será, digo yo, para perder el tiempo sino para intentar reproducirlo. Una delegación del Sistema Público Nacional de Salud británico ha visitado los hospitales de La Ribera y Manises con el fin de estudiar in situ el Modelo Alzira, la fórmula de colaboración público-privada en el campo de la sanidad. La NHS Confederation es un comité consultivo del Sistema Nacional de Salud británico integrado por gestores y directivos de alta gestión sanitaria, responsable de analizar y orientar la política nacional de atención sanitaria y sus aplicaciones, con el objetivo de mejorar la atención a los pacientes.

En palabras de Alberto de Rosa, la importancia de estas jornadas “estriba en el intercambio de conocimientos, los cuales contribuyen a la expansión de un modelo sanitario que se presenta como una alternativa para la sostenibilidad del sistema sanitario público. Después de más de 12 años de existencia, el modelo Alzira ha demostrado que se puede combinar la fortaleza de la sanidad pública y la flexibilidad de la gestión privada, colaborando con la Administración pública en beneficio de profesionales y pacientes”.

La sanidad no se puede anquilosar pero los huesos sí. Acudimos a la reumatología más vanguardista para comprobar las nuevas alternativas que hay para solucionar el dolor de los pacientes afectos de la enfermedad de Bechterew, estudiada también por Pierre Marie, André Leri y Adolf von Strümpell. Así que, en el tratamiento de la espondilitis anquilosante (EA) se pueden contemplar dos aspectos. Uno, la rehabilitación y la terapia física que son fundamentales porque si se deja evolucionar la enfermedad tiende a producir, como su propio nombre indica anquilosis, es decir soldadura entre las vértebras, por ello se recomienda ejercicio y deporte como la natación para mantener la movilidad de la columna vertebral. Para el doctor Jesús Tornero, jefe de Servicio de Reumatología del Hospital de Guadalajara, el tratamiento con medicamentos se debe iniciar con agentes antiinflamatorios. Si después de un periodo prudencial de espera el paciente no responde a estos últimos y persiste en los síntomas vertebrales hay que echar mano de las terapias biológicas. Estas incluyen sustancias como el etanercept, el infliximab o el adalimumab y el golimumab. Son fármacos muy potentes para combatir la inflamación vertebral y utilizados por manos expertas presentan una relación beneficio-riesgo claramente favorable.

La cosa avanza en todas las dimensiones y me lo contaba el otro día del ámbito hepático el doctor Vicente Carreño, quien se mostraba entusiasmado con los avances genéticos y su analítica para tratar diferentes patologías virales. Eso me recordó aquello que se contó en el Congreso Anual de la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH) en el que se dijo que el gen de la interleucina 28B permite catalogar, genéticamente, la susceptibilidad y capacidad del organismo para defenderse del virus C de la hepatitis, tanto de forma espontánea como después de recibir tratamiento antiviral. La hepatitis C es una enfermedad muy prevalente que afecta a 170 millones de personas en todo el mundo. Además, es una infección que se cronifica con mucha frecuencia provocando, en paciente crónico, cirrosis o cáncer entre un 5 y un 26 por ciento de los casos. “A pesar de ser una patología muy trascendente”, el doctor Ricard Solá, jefe de la Sección de Hepatología del Hospital del Mar de Barcelona, subraya que, “a diferencia de otros virus, la hepatitis C se puede curar”. Otros factores que ayudan a predecir la respuesta al tratamiento son la carga viral y el genotipo, que dependen del virus, y la fibrosis y trastornos metabólicos que dependen del propio paciente.

Antes de cerrar la semana me encuentro con el anuncio de una terapéutica sorprendente. Lo presentó en la Sala Gregorio Marañón la doctora Ingrid Möller. Se trata de un proceso que gracias a la biotecnología ha descubierto en la cresta de gallo un compuesto ortomolecular que multiplica por diez la actividad de las células. Estimula los sinoviocitos y favorecerá la longevidad articular. Todo para que la artrosis se retrase. Se llamará “movial” y de momento no hay nada igual. El pareado es propicio y créanme en este caso no tiene desperdicio. Seguro.