Informe/ IDIS presenta su análisis sobre el impacto de Muface en el ámbito laboral
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La privada en Extremadura y las dos Castillas depende en especial del modelo
El sindicato CSI-CSIF cree que la actual crisis puede alentar su supervivencia
ESTHER mARTÍN DEL cAMPO
Madrid
El mutualismo administrativo tiene un impacto directo sobre 43.479 profesionales sanitarios del sector privado. Según se desprende de un informe presentado la semana pasada por el Instituto para el Desarrollo y la Integración de la Sanidad (IDIS), la actividad que generan modelos como Muface, Isfas o Mugeju repercute sobre 12.749 facultativos, el 23 por ciento del total de médicos que ejercen en la sanidad privada, y sobre otros 30.720 profesionales sanitarios, que representan el 18 por ciento de los profesionales del sector privado.
Luis Mayero, vicepresidente de IDIS y director del Informe “Aportación del modelo de mutualismo administrativo al mercado laboral sanitario español”, asegura que muchos de estos profesionales desarrollan su labor en áreas geográficas cuyo mercado laboral privado tienen gran dependencia del colectivo mutualista, de manera que sería difícil de mantenerlo sin su existencia.
Las comunidades autónomas en las que este vínculo es mayor son, según el análisis de IDIS, Extremadura, en la que representa el 79 por ciento de profesionales sobre el total del mercado privado, Castilla-La Mancha y Castilla y León, con un 49 por ciento, Galicia, con un 42 por ciento, Andalucía, con un 38 por ciento, y Ceuta y Melilla, con el 35 por ciento. El contrapunto lo ponen regiones como Cataluña, donde el peso de la concertada centra la actividad sanitaria privada y deja un escaso 4 por ciento de profesionales privados con dependencia del mutualismo, y Navarra, donde apenas alcanza el 8 por ciento, seguida por comunidades Cantabria o Baleares, con un 12 por ciento.
Entre otras cifras, el documento refleja que los mutualistas generan 232.000 ingresos, 1,1 millones de estancias hospitalarias, 109.000 actos de cirugía mayor y menor y 1,3 millones de urgencias hospitalarias, además de 17,5 millones de consultas y 34,9 millones de pruebas diagnósticas, biológicas y otros actos terapéuticos.
Para Juan Abarca, secretario general de IDIS, el mutualismo constituye “una fuente de empleo y de riqueza, muchas veces la principal fuente de la zona, y aporta ventajas para todos los actores”. Abarca apunta que tanto una decisión política como el abandono de las aseguradoras, ante la infrafinanciación de las pólizas, por las que, recordó, reciben un pago que ronda los 600 euros por mutualista, frente a los 1.400 de gasto por persona de media en el SNS, pueden deteriorar el modelo.
El futuro de Muface
Eliseo Moreno, presidente del sector de Enseñanza del sindicato CSI-CSIF, coincide con él en que la financiación sigue sin resolverse. “Con la actual, el mutualismo administrativo no tiene futuro”, asegura, al mismo tiempo que reclama un plan a varios años para que las aseguradoras puedan tener perspectivas, tal y como se hizo en el año 94. En cualquier caso, Moreno cree que la crisis actual puede jugar a favor de un modelo “que es eficiente y gasta menos que la prestación general”.
Esta organización constituye la excepción que confirma la regla. Y es que para el ex ministro de Sanidad Julián García Vargas una de las debilidades del mutualismo es que los propios funcionarios no han sabido defender su valor a través de sus sindicatos.
El ex ministro cree que en los últimos años se ha dado un paso importante con el reconocimiento de que el mutualismo es parte específica del SNS, de hecho, advierte, se incluye en la disposición adicional cuarta de la Ley de Salud Pública. Como para el resto del sistema público, García Vargas cree que debe imponerse el realismo: “El mutualismo tendrá que hacer algo similar al SNS. Podrá aumentar poco la prima y la financiación, habrá que moderar el gasto y la demanda, revisar prestaciones y eliminar las poco importantes. Para salvar el 98 por ciento de las prestaciones, el mutualismo también tendrá que sacrificar el 2 por ciento restante”.