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Tras el gasto en farmacia, protagonista indiscutible de los recortes durante la primera parte de la reforma de la ministra de Sanidad, Ana Mato, las retribuciones de los profesionales sanitarios, que representan el 40 por ciento del gasto, están ahora en el punto de mira.
Aunque el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (Cisns) ha pasado de puntillas hasta la fecha por las políticas de recursos humanos, la reunión informal mantenida el pasado miércoles en Valladolid entre el ministerio y los consejeros populares, junto al consejero catalán, Boi Ruiz, ha puesto el foco en un área de gasto crucial para las comunidades autónomas.
Ministra y consejeros han intercambiado opiniones que según explicó el consejero anfitrión, Antonio María Sáez Aguado, no se pueden debatir en los plenos del Cisns, aunque, a decir verdad, fue en el primer Interterritorial presidido por Mato, en el mes de febrero, cuando se acordó la creación de tres grupos de trabajo sobre recursos humanos que estudiarían el modelo retributivo, el de desarrollo profesional, y las categorías profesionales. Eso sí, aunque inicialmente Mato anunció que las conclusiones se presentarían en junio, los avances no se han dado a conocer hasta la fecha.
En cualquier caso, durante esta reunión, Mato ha expresado su intención de plantear soluciones y medidas innovadoras que atajen la dispersión normativa y el estancamiento de las políticas de recursos humanos en nuestro país, con el objetivo “de mejorar la autonomía y responsabilidad en la gestión” de unos trabajadores que merecen “su justo reconocimiento social”.
En su opinión, es necesario estudiar posibles modelos retributivos, así como tener en cuenta la eficiencia en la gestión y la motivación de los trabajadores sanitarios.
Los consejeros que han participado en el encuentro entran en algo más de detalle. En nombre de todos ellos, Sáez Aguado sostiene que la opinión mayoritaria es favorable a que el sistema de retribuciones de los profesionales sea menos homogéneo y prime en mayor medida aspectos como la calidad en el desempeño o la preocupación por la formación.
Ideas sueltas, matiza, en ningún caso deliberaciones ni acuerdos, que esbozan hacia donde podría orientarse un modelo retributivo “demasiado homogéneo”, que no ha sabido incentivar más “a quien mejor trabaja y al que se preocupa por la calidad y la formación”, y que han basado sus mejoras en aspectos cuantitativos, como guardias, peonadas, o módulos de trabajo.
Por otra parte, los asistentes analizaron el modelo de carrera profesional. Su idea, explica el portavoz, es que se busque premiar la consideración social de los profesionales, la cualificación e incluso un sistema de acreditación que fije categorías laborales. Se planteó, a modo de ejemplo, que se tengan en cuenta en cuenta los resultados del trabajo y el lugar en el que se desarrolla, las dimensiones del hospital, el entorno rural o urbano, etc.
En opinión de la mayoría de los consejeros, el sistema de carrera profesional no ha servido del todo, pues también resulta “muy homogéneo” y está “demasiado centrado en la antigüedad laboral”.
Fruto de esta reunión, sostiene Sáez Aguado, se consolida el compromiso de las administraciones con sus profesionales, cuyo esfuerzo valoran, al igual que comprenden las medidas incómodas tomadas por los gobiernos ante la situación económica, como la congelación salarial, la eliminación de la paga extra de Navidad o la supresión de la productividad variable.
Para los responsables políticos, asegura, es básico garantizar lo fundamental, pero también quieren avanzar en la calidad y sobre todo en el aspecto clínico, que define la eficiencia de los recursos que se aportan y la responsabilidad de los trabajadores.
Inquietud sindical
Sin embargo, ni las reflexiones de la ministra ni las de los consejeros tranquilizan a los representantes sindicales de los profesionales sanitarios. Más bien al contrario. Comisiones Obreras ha manifestado su preocupación ante la posibilidad de que las palabras de Ana Mato escondan un nuevo recorte salarial “disfrazado de buena gestión de cara a la opinión pública”. Su impresión es que la ministra pretende cambiar las condiciones de trabajo con entes ajenos, “no legitimados, para negociar salarios, jornadas o incentivos”.
Las fórmulas de la ministra, según el sindicato, “ponen los pelos de punta”. Sugieren que tras la idea de autonomía de gestión, lo que se esconde son “fórmulas de autogestión y miniempresas dentro de los centros sanitarios”, por citar solo un ejemplo. Al mismo tiempo que acusan a los políticos de estar más preocupados en “hacer caja” a costa de los profesionales que de mantener las bondades de la sanidad pública y achacan al aumento abusivo de jornada y las cargas inasumibles de trabajo la desmotivación manifiesta de los profesionales.
Junto a las políticas de profesionales, la agenda del encuentro también contemplaba el balance de la reforma sanitaria. Mientras el consejero castellano-leonés excusaba la ausencia de sus homólogos de Andalucía, Asturias, Canarias y País Vasco “por encontrarse aún de vacaciones”, las consejerías de las cuatro comunidades autónomas emitían un comunicado conjunto con su postura. Y es que pocos días antes de la entrada en vigor de la desfinanciación de 417 fármacos y del cambio de modelo de aseguramiento, los consejeros se negaban “a respaldar con su presencia” este conjunto de medidas “regresivas”.
Frente al diálogo “informal”, las cuatro regiones han pedido al ministerio, “una vez más” que impuse el diálogo social e institucional con todas las autonomías, partidos políticos y agentes sociales en el seno del Consejo Interterritorial y en las sedes parlamentarias, así como respeto al papel y ámbito de decisión de las autonomías. Diálogo que, a pesar de ser una constante en los discursos de Ana Mato, pasa por alto cuando el gobierno se niega a tramitar como proyecto de ley la reforma que recoge el RDL 16/2012.
Las cuatro consejerías insisten en que “la solución a la situación económica no pasa por imponer un modelo económico y social basado en la restricción e derechos ni en la privatización de la cobertura y gestión de los servicios público” y y alertan de que “el respaldo social, político y profesional al sistema sanitario puede quebrarse si se pierden los principios de equidad y cohesión”. Para finalizar, coinciden en que hay que desterrar los tópicos de ineficacia que se adjudican a administraciones, servicios y empleados públicos, y dignificar su labor ante la sociedad.
Sáez Aguado recalca
que esta reunión consolida el compromiso con los profesionales
Las cuatro regiones ausentes piden potenciar el diálogo, pero en el seno del Interterritorial
En el último Consejo Interterritorial de junio, Ana Mato daba por zanjada la primera fase de la reforma sanitaria. La ministra ha fusionado bajo el mismo prisma recortes y pacto, poniendo el acento en el ajuste del gasto farmacéutico y retomando al cabo del tiempo temas aparentemente perfilados por el gobierno socialista, como la troncalidad y la creación de nuevas especialidades. Aunque se ha avanzado en la redacción de los proyectos, su tramitación sigue en el aire.
Con el descanso veraniego, continúan pendientes los compromisos manifestados por la ministra con la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos, que pasan por sacar adelante el registro de profesionales, proporcionar una situación definitiva al problema de los médicos especialistas sin título oficial (mestos) y velar por que los MIR españoles no tengan que buscar trabajo en el extranjero ante el incipiente paro.
Sin embargo, la verdadera asignatura que arrastra el ministerio es el impulso a la negociación sindical. La creación de un foro profesional con participación de los colegios o la convocatoria del ámbito de negociación del Foro Marco para el diálogo Social no parece suficiente. Los sindicatos insisten en que el cauce oportuno es una mesa sectorial que parece más que olvidada.