Gaceta Médica Barcelona | lunes, 03 de febrero de 2014 h |

La memoria a corto plazo no desaparece, sino que se mantiene pero pierde precisión con el tiempo, según demuestra un estudio internacional liderado por Albert Compte, investigador principal del grupo de Neurociencias de Sistemas del Institut D’Investigacions Biomèdiques August Pi i Sunyer (Idibaps) de Barcelona.

La revista científica Nature Neuroscience acaba de publicar los resultados on line de este artículo cuyo primer firmante es Klaus Wimmer, también del Idibaps, en el que explica por primera vez de qué manera el cerebro mantiene información incluso cuando creemos que se pierde por observar respuestas inexactas.

Para explicar el proceso, los investigadores utilizaron un modelo computacional llamado Bump Atractor, que permite simular en el ordenador el proceso de pérdida de información en la corteza prefrontal. Este modelo sugiere que las neuronas se mantienen activas según se va degradando la memoria. “La actividad se difunde en la red neuronal y al final el recuerdo es diferente, está distorsionado”, explica Albert Compte. “Se trata de una actividad móvil, no de una pérdida de actividad. Antes se pensaba que la memoria decaía, ahora sabemos que las neuronas mantienen su actividad pero pierden estabilidad”, añade.

El trabajo es una colaboración con la universidad de Minnesota y con la universidad de Wake Forest (Carolina del Norte), que proporcionaron datos obtenidos en dos monos realizando una tarea de memoria de trabajo. Este trabajo hace una relectura del registro de actividad de las neuronas de los monos, relacionándolo con la conducta del animal en ese momento.

Las conclusiones de este estudio mejoran el conocimiento del mecanismo de actividad de la memoria del trabajo, que ocurre en la corteza prefrontal, lo que podría ayudar a entender qué ocurre en las enfermedades mentales como la esquizofrenia donde la memoria a corto plazo está alterada.