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Tratar con hierro intravenoso mejora los síntomas de la insuficiencia cardiaca
El déficit de este mineral por sí mismo es un factor a corregir en estos enfermos
Cecilia Ossorio
Barcelona
Hasta ahora en Cardiología se ha prestado atención a la anemia pero se ha obviado el rol principal del hierro en los pacientes con insuficiencia cardiaca (IC) crónica. Sin embargo, un estudio multicéntrico internacional coliderado por especialistas del Hospital del Mar de Barcelona demuestra que, más allá del nivel de hemoglobina, el déficit de hierro constituye un objetivo terapéutico en sí mismo en estos pacientes independientemente de si tienen anemia o no.
Así lo explicó a GM Josep Comín, segundo autor del estudio FAIR-HS, publicado en The New England Journal of Medicine, y coordinador del Programa de IC del citado hospital.
Partiendo de la hipótesis inicial de que en enfermos con déficit de hierro la suplementación con hierro mejoraría la capacidad de esfuerzo y los síntomas —no sólo porque favorece el transporte de oxígeno sino también la producción de la energía a nivel periférico—, 75 hospitales de 11 países estudiaron a 459 pacientes con IC crónica avanzada desde junio de 2007 hasta diciembre de 2008. Dos tercios recibieron inyecciones semanales del fármaco compuesto por carboximaltosa de hierro hasta revertir el déficit, seguido de un tratamiento mensual. El tercio restante fue tratado con placebo.
Tras 24 semanas de tratamiento, la mitad de los pacientes a los que se había administrado hierro intravenoso declararon encontrarse “mejor o mucho mejor” según los criterios del PGA (Patient Global Assessment), una escala de autovaloración de los síntomas del paciente. Pero además el estudio contempló la clasificación de la NYHA (New York Heart Association), que proporciona una escala del I al IV para que el especialista mida de forma objetiva la gravedad de la IC. En este sentido, se advirtieron “mejorías muy significativas” en el 47 por ciento de los pacientes tratados con hierro.
Comín destaca que estos dos parámetros se complementaron con la medida de la capacidad de esfuerzo —una prueba consistente en andar durante seis minutos—, y las personas que recibieron hierro fueron capaces de recorrer 30,1 metros más que antes de iniciar el tratamiento.
Ante la eficacia del hierro intravenoso a la hora de mejorar la calidad de vida del paciente con IC, los expertos esperan que se modifiquen las guías de actuación, y que pronto se incorpore la evaluación del hierro en todo paciente con fallo cardiaco.