El arsenal terapéutico disponible hace que sea posible eliminar la inflamación, mejorar la calidad de vida y disminuir las comorbilidades asociadas a la AR, tal y como asegura Carlos González, jefe de la Sección del Hospital Gregorio Marañón.
Pregunta. ¿Por qué destaca Osiris?
Respuesta. El proyecto Osiris está dirigido a reumatólogos y centrado en aspectos relevantes de la práctica clínica. Tiene un formato ágil que mezcla presentaciones cortas y casos clínicos y surge con vocación de futuro. Uno de los secretos de su éxito es la forma de selección de los temas a debatir. El formato breve permite, además, abordar de forma concreta y rápida varios temas en la misma reunión.
P. ¿Cuáles son sus principales ventajas y qué beneficios aporta?
R. Las ventajas del formato son claras: independencia en los temas a debatir, interés para los reumatólogos, utilidad para la práctica diaria y espacio de debate libre para intercambio de opiniones entre los reumatólogos en aspectos de la AR que, a veces, carecen de evidencia científica concluyente.
P. En el momento actual, ¿qué opciones terapéuticas tienen disponibles los especialistas?
R. Actualmente, podemos elegir el tratamiento dentro de una gama variada de opciones terapéuticas efectivas. Gracias a esta posibilidad de elegir, la tendencia actual es personalizar el tratamiento. Desde hace unos años, a los fármacos clásicos utilizados en la AR como el metotrexato o la leflunomida le acompañan las denominadas terapias biológicas. También tenemos los anti-TNFalfa (importante en la cascada inflamatoria responsable de la enfermedad), el bloqueador del anti CD20 (marcador de los linfocitos B maduros), el bloqueador del coestimulador de los linfocitos T y el bloqueador de la IL6, que interviene en el establecimiento y perduración del estado inflamatorio que caracteriza a la artritis reumatoide.
P. ¿Cómo afecta esta patología a la vida diaria del paciente?
R. No es una enfermedad que afecte solo a las articulaciones, sino que puede afectar a todo el cuerpo. La inflamación sistémica hace que los pacientes con AR tengan un riesgo de enfermedad cardiovascular mayor del esperado para su edad y género. La alteración del sistema inmune provocada por la enfermedad les hace más susceptibles a padecer infecciones graves. Es fácil ver cómo afecta la enfermedad a la vida diaria de las personas. Diagnosticada y tratada a tiempo, los pacientes son capaces de llevar una vida normal con una mínima disminución de la calidad de vida.
P. ¿Cuáles considera que son los mayores retos que hay pendientes en este terreno?
R. El primero es conseguir diagnosticar y tratar a tiempo a los pacientes. Se está consiguiendo mucho a través de los médicos de familia que refieren a los pacientes a las consultas de artritis temprana para su evaluación. El siguiente es la personalización del tratamiento para potenciar la efectividad y minimizar los efectos adversos. Quitar la inflamación, prevenir las secuelas, mejorar la calidad de vida y disminuir las comorbilidades son los objetivos deseados por el especialista, que se deben complementar y amoldar con las preferencias de cada paciente.