INFORME COTEC
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Marta dueñas
Madrid
El gasto destinado en España a la I+D cayó, en 2009, un 0,81 por ciento, al contabilizarse 14.582 millones de euros dirigidos a promover la innovación. Este dato significó la primera disminución de este indicador en quince años, con lo que se rompió la tendencia alcista que mantenía, caracterizada por un crecimiento continuado de la inversión en este sector. Así se desprende de los datos del Informe de la Fundación para la Innovación Tecnológica (Cotec) de 2011, cuyas conclusiones fueron presentadas la pasada semana en Madrid.
Durante la presentación de este informe, que contó con la intervención del Rey Juan Carlos, la ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, el director general de Cotec, Juan Mulet, y el presidente de dicho organismo, José Ángel Sánchez, también se precisó que, pese a la reducción del gasto destinado a I+D, la gran contracción que sufrió en 2009 el Producto Interior Bruto (PIB) provocó que la contribución de la I+D al mismo fuese del 1,38 por ciento, tres centésimas por encima de su presencia en 2008.
Igualmente, el documento, que actúa como termómetro del estado de la innovación española y que realiza su análisis a partir de los resultados oficiales de las estadísticas elaboradas por el Instituto Nacional de Estadística (INE), atribuye la causa de ese descenso a una reducción del 6,3 por ciento en la inversión del sector privado a la I+D, que registró su primera caída en 2009, con una contribución total de 7.597 millones de euros. Un dato que supone dar una marcha atrás hacia los niveles registrados en 2007.
Sin embargo, si bien esta reducción del gasto empresarial fue significativa, Mulet aclaró que era “selectiva y poco precipitada”. Esto se debería a que mientras que los gastos corrientes totales crecieron ligeramente, fue la inversión de capital la que soportó toda la deducción, con una bajada del 36,8 por ciento respecto al ejercicio de 2008.
Una situación a la que Mulet quiso restarle pesimismo. “No es un dato tan malo por el indicador en el que se ha situado esta disminución”, manifestó. Una estrategia que motivó que, según explicó, “el sistema no haya caído, sino que se haya reducido de forma inteligente”. Por su parte, el gasto público, tal y como aclaró Mulet, “ha aguantado bien”. Y es que, estas partidas aumentaron en un 9,5 por ciento comparado con 2008.
Estos datos desequilibran la balanza que mide el peso de ambos sectores (público y privado) en el total del gasto en I+D y que entorpecen alcanzar el objetivo planteado en la Estrategia de Lisboa de 2000, que fijaba incrementar el peso del sector empresarial hasta el 66 por ciento del gasto total de la I+D hasta 2010. Una fecha límite a la que, previsiblemente, llegaremos tarde.
Y es que, la contribución del sector privado a este ámbito restó en 2009 tres puntos respecto a 2008, al representar el 51,9 por ciento del gasto destinado a la innovación en España. Esto significa que nuestro país se situó 14,1 puntos por debajo de lo que establece la estrategia europea.
El análisis revela, además, que las consecuencias de esta caída en la inversión del sector repercutieron en el número de patentes españolas, así como en el ámbito de las exportaciones en sectores de alta tecnología, que son los que mejor aguantaron la crisis.