Carlos B. Rodríguez Madrid | viernes, 30 de octubre de 2015 h |

Los acuerdos de riesgo compartido son una opción interesante que debe aplicarse con prudencia. Si bien hasta ahora básicamente se han probado en fármacos innovadores, muy caros, su futuro puede no limitarse al ámbito de los nuevos medicamentos. Así lo señalaron los expertos que participaron en la LXI Jornada Fuinsa sobre las expectativas y futuro de estos acuerdos.

La experiencia acumulada en el uso de esta fórmula arroja una valoración positiva en cuanto a sus resultados y abre caminos para los futuros acuerdos. Carmen del Castillo, jefa de Área de la Subdirección General de Calidad y Productos Sanitarios del ministerio de Sanidad, no ve inconvenientes, más allá de la dificultad de hacer un seguimiento, en aplicarlos bien en AP, bien en el hospital, para medicamentos ya comercializados cuyas condiciones o indicaciones hubieran cambiado desde que se incluyeron en la financiación, lo que implicaría una nueva negociación de precio.

Además, la ley contempla la posibilidad de que la solicitud de revisión de precio de un medicamento puede partir de la propia compañía, lo que, según Héctor Jausàs, socio de Jausàs Legal, podría llevar a negociar acuerdos de este tipo con el ministerio o con los gerentes de los hospitales, ámbito en el que este tipo de acuerdos se concentran a nivel autonómico.

En primaria no, pero dentro de los hospitales ya hay algunos ejemplos que excepcionan la regla general de que los acuerdos de riesgo compartido son asunto exclusivo de los nuevos medicamentos. El motivo es sencillo: siempre hay pacientes que no responden a las innovaciones. Miguel Ángel Calleja, jefe del Servicio de Farmacia del Hospital Virgen de las Nieves, de Granada, expuso algunas experiencias llevadas a cabo en este centro hospitalario andaluz, que desde 2011 ha ahorrado ya 18 millones de euros con este tipo de acuerdos.

No obstante, todo parece indicar que los futuros acuerdos seguirán protagonizando el ámbito hospitalario, porque ahí es donde existe una mayor incertidumbre. Es decir, su diversificación no es descartable, pero su futuro viene marcado por la filosofía con la que nacieron:hallar incentivos para la innovación al tiempo que se garantiza la sostenibilidad del sistema sanitario, y todo ello en un contexto de financiación progresivamente escasa y selectiva, y en el cual el precio adoptado en España puede tener implicaciones en otras jurisdicciones.