Gastroenterología/ La base de datos de Geteccu cuenta ya con 11.000 pacientes

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Este proyecto hace posible estudios como Aticca o Aztec y consolida la actividad científica del Grupo Español de Trabajo en Enfermedad de Crohn y Colitis Ulcerosa
| 2009-12-04T16:31:00+01:00 h |

E. S. Corada/M. Raspal

Madrid

El proyecto Eneida empezó a elaborarse hace cinco años, pero es ahora cuando empieza a dar sus primeros frutos: concretamente nueve estudios de primera línea sobre la enfermedad inflamatoria intestina (EII). Desarrollada por el Grupo Español de Trabajo en Enfermedad de Crohn y Colitis Ulcerosa (Geteccu) y que cuenta ya con más de 11.000 pacientes, es el “proyecto estrella” del grupo.

“Lo que se pretende es ofrecer una herramienta común de trabajo a los miembros del grupo. Los dos elementos fundamentales son la base de datos y el biobanco”, explica Joaquín Hinojosa, presidente de Geteccu. Así, la base puede ser utilizada de forma local, como registro de pacientes, o para inscribirse en el proyecto global, aportando información a otra base de datos central. A esta última se incorporan datos del biobanco de Eneida, sobre todo muestras de ADN y suero. En Europa sólo el homólogo francés de Geteccu, el Getaid, tiene un registro nacional de estas características.

Resultados visibles

“El proyecto utiliza la totalidad de la información que hay en la base de datos. Los resultados son de más trascendencia que series cortas de 30 ó 40 enfermos. Esto ha dado resultados en diferentes publicaciones, como por ejemplo, una de las que se presentó el año pasado en el Congreso Americano de Gastroenterología y posteriormente en ECCO (Grupo Europeo de Crohn Colitis Ulcerosa)”, cuenta a GM Hinojosa.

Se trata de un estudio de familiares con estas enfermedades en el que lo que se hizo fue recurrir a la base de datos para buscar toda la información “y como uno de los apartados son los antecedentes familiares, permitió establecer un registro de pacientes con familiares de primer grado con crohn o colitis”.

Por ejemplo, continúa el presidente del grupo, les ha permitido saber que aquellos pacientes con un familiar afecto (padre, hermanos) suelen tener un curso evolutivo de la enfermedad más complicado, requieren con mayor frecuencia los corticoides e inmunosupresores, fallan más al tratamiento médico establecido, tienen un curso evolutivo más agresivo y requieren con más frecuencia cirugía con la implicación práctica que esto supone.

Por eso, continúa, “si vemos un paciente con enfermedad de Crohn y un padre con la misma patología estaremos ‘ojo avizor,’ porque eso nos permitirá recurrir a utilizar los tratamientos que son de mayor eficacia para controlar la actividad de la enfermedad y evitar complicaciones. Todo esto está saliendo a raíz de la base de datos”.

Estudio Aticca

Paralelamente al aspecto clínico transcurre la investigación. Así Geteccu tiene en marcha un estudio multicéntrico a nivel europeo del que son precursores: el Aticca. “Lo hemos ideado y promovido nosotros en España, y pretende valorar el efecto de la granulocitoféresis, que es un sistema de diálisis extracorpóreo, que ha demostrado ser eficaz en el tratamiento de la colitis ulcerosa. Lo que hace es fijar a nivel de la columna, como la de la diálisis renal, todas aquellas células que están especialmente activas por la inflamación. Devuelve la sangre sin esos componentes que son los determinantes de la inflamación y, realizando una serie de fusiones subversivas, se consigue depurar, por así decirlo, la sangre y facilitar el proceso de curación”, explica Hinojosa.

Este estudio pretende ver si en pacientes con colitis ulcerosa activa con una localización muy definida en el lado izquierdo del colon, les remite frente a la utilización de los esteroides y pueden controlar antes la actividad de la enfermedad y reducir la necesidad de corticoides. Es una manera de acortar tiempos en el tratamiento”, asegura. En el estudio participan Italia, Portugal, Austria, Alemania y está en la fase de discusión.

Estudio Aztec

Otro trabajo destacado es el Aztec, que estudia confirmar si administrar tratamientos con inmunosupresores, concretamente con azatioprina, desde que se diagnostica al paciente de enfermedad de Crohn, puede mejorar la calidad de vida del enfermo. “Si los resultados de esta investigación son los que esperamos sería la primera vez que un estudio hecho en España pudiera acabar influyendo de forma importante en la manera en que se trata a pacientes del resto del mundo”.