investigación/ Esta terapia ha demostrado su eficacia ya en enfermedad de Duchenne y en fibrosis quística
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Creen que esta terapia de trastornos genéticos en investigación recuperaría las capacidades perdidas en Rett
Un grupo del Ciberer aumenta el rango de detección a otros genes, necesario para poder aplicar este tratamiento
irene fernández
Madrid
Ya demostró su eficacia en la minimización de los síntomas de enfermedad de Duchenne y fibrosis quística. Y ahora, el fármaco molecular PTC124 (en investigación para el tratamiento de trastornos genéticos debido a mutaciones sin sentido) podría también extrapolar sus beneficios al síndrome de Rett —enfermedad del neurodesarrollo de inicio precoz y que afecta casi de forma exclusiva a las niñas—. Así lo explicó Judith Armstrong, investigadora del Ciberer, durante la II Jornada “Investigar es avanzar”, que organizó este centro hace unos días.
“Esta terapia, que se está desarrollando en esas enfermedades en estudios de fase II, no sabemos qué efecto tendría en Rett, pero si nos tenemos que basar en los resultados que salieron hace dos años, las pacientes recuperarían parte de sus capacidades perdidas por la enfermedad y, si no todo, al menos parcialmente”, explica Armstrong a GM.
Pero para utilizar este tipo de terapia debe conocerse el tipo de mutación. “Sólo las pacientes con mutación que causa proteína truncada podrían beneficiarse de la misma”, reitera. Por eso, resulta crucial encontrar la mutación que causa Rett, para conocer qué tipo de terapia emplear.
Por esto mismo, el grupo de Armstrong tiene en marcha un estudio, cuyos resultados se encuentran en vías de publicación, de correlación fenotipo-genotipo en esta enfermedad, estudiando deleciones del gen MECP2 y otros genes, que mejorará la aplicación de esta terapia.
Se sabe que el 80 por ciento de las pacientes con síndrome de Rett presentan una mutación del gen MECP2. Pero el principal objetivo pasa por la detección genética del cien por cien de las pacientes. Tras analizar durante los últimos tres años a 381 niñas con síndrome de Rett detectaron mutaciones en 326. “Como no detectábamos el cien por cien pensamos que estábamos utilizando una técnica errónea y, al optimizar las técnicas, hemos aumentado un 15 por ciento el rango de detección al incluir otros genes causantes de la enfermedad: CDKL5 y FOXG1”, explica la investigadora.
Así, este grupo ha permitido ampliar el rango de detección a otros genes tanto por mutaciones puntuales como por grandes elecciones. “La idea es que de todas estas pacientes podamos obtener el diagnóstico molecular y ver si se pueden beneficiar de la terapia farmacológica que permitiría minimizar sus síntomas”, asegura.
“Sabiendo el efecto de PTC124, aplicarlo a Rett sería un proceso mucho más rápido”, cuenta. “Este fármaco cuando detecta una señal de stop donde la proteína tendría que ser más corta, se la salta, y hace que la proteína sea igual de larga que la que no está mutada”.
De hecho, pretenden continuar este estudio. Además, comenzará otro internacional que analizará el cambio de conducta de estas niñas a nivel farmacológico comparando, por primera vez, venlafaxina (inhibidor de la recaptación de serotonina y noradrenalina) y citaloprán (inhibidor de la recaptación de noradrenalina), solos y en combinación.