josé a. rodríguez Barcelona | viernes, 27 de febrero de 2015 h |

Un estudio realizado por científicos del Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona (IRB Barcelona) señala que el pronóstico de los pacientes con cáncer de colon depende más de la firma genética de las células del estroma que del subtipo molecular del tumor.

Como explica Eduard Batlle, investigador ICREA del IRB Barcelona, su grupo ha confirmado que “el cáncer de colon reaparece en forma de metástasis en aquellos pacientes en que las células tumorales son capaces de pervertir el entorno del tumor”. Por lo tanto, “el pronóstico depende más de las células del estroma que de la clasificación molecular”, continúa este experto. Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron el perfil genético de casi 1.000 tumores de pacientes de todo el mundo. “Y la clave es si el estroma del tumor está alterado o no”, añade Batlle. De este modo, dos personas que sufren el mismo subtipo de tumor pueden tener diferentes pronósticos en función de la firma genética del estroma. “Quien tiene la molécula TGF-beta activada presenta peor pronóstico”, dice Batlle.

Una segunda derivada de este estudio es que los científicos inhibieron la activación de TGF-beta en los tumores de peor pronóstico y bloquearon la metástasis. Las células tumorales se comunican con el estroma a través de esta molécula e interfiriendo en esta comunicación se puede prevenir la formación de metástasis. “Todavía no se sabe cómo TGF-beta juega este papel, pero la principal hipótesis es que contribuye con una serie de factores a que los tumores generen metástasis”, afirma Batlle.

Para probar la eficacia de los inhibidores de esta molécula, los científicos desarrollaron una tecnología para hacer crecer in vitro minitumores de colon (organoides) a partir de muestras de pacientes. Como destaca Alcalde, “se trata de una tecnología que permite crecer los organoides en tres dimensiones en un gel de colágeno”.

Además, están desarrollando un test de diagnóstico para identificar con más precisión a los pacientes que tienen más probabilidades de recaer en la enfermedad una vez extirpado el tumor, midiendo entre cuatro y seis genes del entorno tumoral.