Gaceta Médica Barcelona | lunes, 31 de marzo de 2014 h |

Una única administración precoz de metoprolol a pacientes con infarto de miocardio durante el traslado en la ambulancia hacia el hospital es capaz de mejorar de manera muy significativa la fuerza contráctil del corazón, mejora que se mantiene al menos seis meses después de la intervención, según los resultados del seguimiento a los pacientes incluidos en el ensayo clínico Metocard-CNIC, publicados en la última edición del Journal of the American College of Cardiology (JACC), y recién presentado en el congreso del Colegio Americano de Cardiología (ACC) en Washington D.C., señalado como uno de los mejores estudios del encuentro.

Hace unos meses se publicaron los resultados a corto plazo de este ensayo clínico en la revista Circulation, donde se demostró que los pacientes infartados que habían recibido este tratamiento durante su traslado al hospital tenían una cantidad de músculo cardiaco necrosado mucho menor que los pacientes que fueron aleatorizados a control.

Este nuevo trabajo demuestra que la proporción de pacientes con una función contráctil del corazón severamente deteriorada es un 60 por ciento menor en el grupo que recibió metoprolol, sumado a que la tasa de reingresos por insuficiencia cardiaca crónica se reduce significativamente. Unas conclusiones que, como puntualiza Gonzalo Pizarro, primer firmante del trabajo junto a Fernández-Friera, se han podido obtener “gracias a la realización de una resonancia magnética cardiaca avanzada de seguimiento a la práctica totalidad de los pacientes de este ensayo clínico”.

Borja Ibáñez, jefe del Grupo de Imagen en Cardiología Experimental del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) y cardiólogo del Hospital Clínico San Carlos, así como investigador principal del estudio junto al cardiólogo Valentín Fuster (director del CNIC), explica: “La posibilidad de reducir de forma tan importante los casos de insuficiencia cardiaca crónica con una terapia muy barata —este tratamiento con metoprolol tiene un coste menor a 2 euros— es algo de puede derivar en un ahorro tremendo para los sistemas sanitarios en toda Europa”.

De hecho, una estimación inicial apunta a que si la mitad de pacientes con infarto en Europa se tratasen con este fármaco de manera precoz, el ahorro podría ser mayor a 10 billones de euros anuales sólo en tratamientos de insuficiencia cardiaca. En cualquier caso, Fuster aclara que todavía debe testarse en una población mucho más numerosa en toda Europa para poder confirmar que las estimaciones son reales.

Este trabajo, en el que han participado activamente y de manera altruista los servicios de emergencias extrahospitalarias (SUMMA112, 061 Galicia y SAMUR), ha contado con ayudas accesorias del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y la Fundación Mutua Madrileña, así como el resto de miembros de la Fundación Pro CNIC, que gestiona las aportaciones privadas al CNIC.

En la actualidad, el grupo ya prepara un nuevo ensayo clínico con más de 3.000 pacientes en toda Europa que tendrá potencia para demostrar una reducción de mortalidad con esta terapia. Así, ya se está formando un consorcio europeo, liderado desde España por el CNIC, y que cuenta con investigadores de prestigio en Bélgica, Holanda, Alemania, Francia, Dinamarca, Serbia, Polonia, Suecia, y Reino Unido.