Con motivo del Día Mundial del Cáncer, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) ha recordado que se diagnostican alrededor de 20.000 casos nuevos de cáncer de pulmón al año en nuestro país, siendo la causa de muerte del 8,3 por ciento de los hombres y del 1,3 por ciento en mujeres —este porcentaje de mujeres está creciendo exponencialmente en los últimos años—. Para luchar contra este tipo de tumor, cuya tasa de supervivencia global a cinco años es de solo el 15 por ciento, Separ considera imprescindible la implantación de medidas como el cribado de cáncer de pulmón por tomografía computarizada de baja dosis de radiación (TCBD).
“Hay que adoptar una actitud de búsqueda activa de casos de cáncer de pulmón en fase precoz en la población de riesgo, pues solo cuando el cáncer de pulmón se encuentra en estadio incipientes podemos aplicar tratamientos curativos”, explica José Belda Sanchis, coordinador del Área de Oncología Torácica de Separ, quien señala también que el uso de TCBD “ha demostrado una reducción relativa de la mortalidad por cáncer del 20 por ciento, cifra similar a la que se obtiene en cribados altamente extendidos como el cáncer de mama o de colon”.
La eficacia del cribado del cáncer de pulmón está contrastada por estudios como The National Lung Screeing Trial (NLST) realizado por el Instituto Nacional del Cáncer de los Estados Unidos. Durante tres años se llevó a cabo un protocolo de cribado en una población de más de 50.000 fumadores y exfumadores de entre 55 y 74 años. Tras un seguimiento de seis años, el estudió mostró una reducción relativa de la mortalidad por cáncer de pulmón del 20 por ciento en el grupo cribado con tomografía computarizada de baja dosis de radiación frente al grupo cribado con radiografía de tórax. “La importancia de este estudio viene dada porque nunca un tratamiento médico o quirúrgico había conseguido reducir la mortalidad por cáncer de pulmón en un porcentaje similar” explica Belda. Y es que, continúa, “solo cuando el diagnóstico se hace en estadio I, que son menos del 15 por ciento de los casos, se consiguen tasas elevadas de curación”.
Sin embargo, uno de los problemas que detectó en el NLST fue la alta tasa de falsos positivos (nódulos que no son un cáncer de pulmón), situada en uno de cada 9 nueve casos. Para mejorar esta situación se han incorporado nuevos criterios de valoración de los hallazgos en la tomografía de baja dosis como el volumen del nódulo y su tiempo de duplicación que tienen como objetivo reducir la tasa de falsos positivos. Esta estrategia, según el reciente estudio Nelson, parece tener como resultado una significativa reducción de la tasa de resultados positivos (2.6 por ciento en la tomografía basal y 1.8 por ciento en la segunda ronda), sin que se produzca un incremento de la tasa de falsos negativos, lo que permite mejorar los resultados del cribado de cáncer pulmón y marcar el camino a seguir.