ONCOLOGÍA/ 7º Congreso Europeo “Perspectivas en Ginecología Oncológica”

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Lo más adecuado es realizar el test de detección de VPH en primera instancia

Hay diferentes evaluaciones sobre el margen de seguridad de esta prueba

| 2010-01-29T17:44:00+01:00 h |

C. Ossorio

Barcelona

Casi tres años después de haber introducido la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH), ningún experto duda de sus implicaciones en las prácticas preventivas de detección del cáncer de cérvix.

Según expuso Xavier Bosch, jefe del Servicio de Epidemiología y Registro del Cáncer del Instituto Catalán de Oncología (ICO), durante el 7º Congreso Europeo Perspectivas en Ginecología Oncológica, “después de más de dos décadas de investigaciones prácticas, parece claro que la utilización de los test de diagnóstico para la infección por VPH son más sensibles —un 30 por ciento— que la citología convencional tanto para detectar lesiones como para predecir qué mujer va a tener una lesión en los próximos años”.

Bosch comentó que las sociedades científicas están adaptando sus protocolos para incorporar esa tecnología, si bien este proceso está siendo “más lento de lo que sería deseable”, dada la complejidad de reconvertir un sistema hoy basado en la citología.

Este experto es partidario de “un cribado ordenado de forma distinta, más que uno combinado, pues éste aumenta el coste pero no la sensibilidad”. Lo más adecuado parece realizar el test de VPH en primer lugar, y acompañarlo de citología si el resultado es positivo. “Si el test es negativo, la probabilidad de que esa mujer tenga en los próximos años una lesión es bajísima”, apuntó.

No se ha demostrado cuál es la edad más recomendable para iniciar el cribado en la nueva generación de mujeres vacunadas, pues los estudios que deberían demostrarlo están empezando. “La idea es que la edad de inicio se atrase. Si ahora estamos empezando a los 25, o en algunos ambientes a los dos años de haber empezado relaciones sexuales, seguramente la recomendación global iría entre los 25 y los 30, porque la mayor parte de las lesiones asociadas a mujeres jóvenes (ligadas al papiloma 16 y 18) habrían desaparecido con la vacuna”, explicó el experto.

En este momento hay diferentes evaluaciones en lo que respecta a los intervalos entre episodios de cribado. Según Bosch, en Holanda están considerando que entre cinco y siete años sería un margen de seguridad aceptable, mientras que en los estudios de Inglaterra el intervalo está más cerca de los cinco años. “Si estos intervalos se alargan entre tres, cinco o siete años es algo que iremos detallando”, aclaró.

En cuanto a los tipos de test, Bosch indicó que el de captura de híbridos es el que ha sometido a una investigación clínica más exhaustiva. La misma tecnología va a proponer ahora test específicos de tipo, que también detectarán si una mujer está infectada por los virus de mayor riesgo.