Lucía Barrera, Directora de
Gaceta Médica
| viernes, 13 de marzo de 2015 h |

Parece que el cambio de equipo ministerial empieza a dar sus frutos. Alentados o no por el tiempo limitado del que disponen antes de las elecciones, el hecho es que cuestiones que estaban estancadas y sin solución de continuidad están saliendo adelante. Tenemos el ejemplo del Plan nacional de la hepatitis C, el Foro de las Profesiones y parece que veremos también pronto la gestión clínica e incluso la esperada prescripción enfermera.

Pero además, las recientes declaraciones del ministro en referencia a la retirada de la vacuna de la varicela de las oficias de farmacia y su clasificación como uso exclusivo hospitalario han abierto una vía para que se dé marcha atrás en esta medida adoptada por el anterior equipo ministerial. Y es que más que basada en un planteamiento científico, da la sensación de que la decisión se adoptó en su día movida por un enrocamiento personal en vez de por el bien comunitario.

Ha pasado más de un año desde que la vacuna desapareciera de las boticas y en este tiempo los pediatras y los expertos en salud pública siguen sin ver pruebas que relacionen la dispensación libre de esta inmunización con el incremento de casos de herpes zóster. Es más, recientemente un informe del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades volvía a señalar la falta de evidencia al respecto.

Por esta razón, el hecho de que la Asociación Española de Pediatría (AEP) saliera satisfecha de la reunión mantenida con el director de salud pública, José Javier Castrodeza, es una buena noticia que puede ser la antesala de una vuelta a atrás para ir hacia adelante, igual que ha sucedido al incluir en el calendario común el neumococo. La cuestión debería pasar por el Consejo Interterritorial y debería hacerlo cuanto antes, ya que, de lo contrario y como comenta el presidente de la AEP, faltarán argumentos para justificar estas posturas si un paciente fallece teniendo posibilidades de haberlo evitado. Confiemos en que las propuestas de profesionales y pacientes surtan efecto en ese talante del que hace gala Alfonso Alonso.