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En apenas tres semanas desde que Carlos Hernández de Andrade comenzó a ejercer como contable del Colegio de Médicos de Madrid (Icomem) ya se han producido los primeros choques con el asesor de la Junta Directiva, Antonio Mora, según han señalado fuentes de la corporación colegial.
El ex director general, encargado ahora de la coordinación interdepartamental, se ha negado a facilitar diferentes documentos a Hernández de Andrade.
Mora es el hombre de confianza de la presidenta del Icomem, Sonia López Arribas, la única de los cinco miembros del Pleno de la Junta Directiva que rechazó en su día la contratación de los servicios del contable.
Hasta ahora con el apoyo de los otros cuatro miembros había logrado evitar los obstáculos del asesor y acceder a los documentos necesarios, pero se ha encontrado con una situación complicada. El colegio cuenta con dos administrativos. Uno de ellos se encuentra de baja y el otro continúa de vacaciones, por lo que Hernández de Andrade no ha podido desempeñar con facilidad la tarea para la que ha sido contratado, según explican las mismas fuentes.
Las conclusiones que obtenga el contable quedarán pospuestas con toda probabilidad hasta después del verano, precisamente cuando tendrán lugar dos de las grandes citas del Icomem previstas para este curso: la modificación de los estatutos y la elección de los compromisarios.
El cambio estatutario ha despertado una enorme polémica en la corporación. Un amplio grupo de colegiados desconfía de que el nuevo texto defienda al colegio de los intereses de empresas privadas. Las dudas han llegado a la Junta Directiva que se encuentra dividida hasta el punto que ya han dimitido cuatro de sus miembros.
